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Kamala Harris, su primer año como vicepresidenta de EE.UU.

por Redacción
25-01-2022

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Kamala Harris hizo historia al convertirse en la primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos.

Pero su primer año en el cargo no está siendo, para nada, un camino de rosas.

Se han desplomado sus índices de aprobación, el presidente le ha encomendado tareas que van desde las impracticables hasta las prácticamente imposibles de resolver y su oficina se ha visto diezmada por las dimisiones de funcionarios de alto perfil.

Si Harris aceptó la nominación de su partido pensando en consolidarse como la futura candidata presidencial demócrata, esta posibilidad no ha tardado en ponerse en duda.

Biden aseguró el miércoles en una rueda de prensa que la mantendrá como su número dos si se presenta a la reelección, aunque no queda claro que con eso desaparezcan las especulaciones sobre su futuro político.

Según una encuesta de USA Today en noviembre, el índice de aprobación ciudadana de Harris se situó en el 28%, lo que la convierte en una de las vicepresidentas menos populares de la historia moderna de Estados Unidos, por debajo incluso del arquitecto de la guerra de Irak, Dick Cheney.

Si hubo un detonante de la avalancha de artículos sobre "qué le pasa a Kamala Harris" en la segunda mitad de 2021 fue esa encuesta, "cómicamente perversa", como la calificó el San Francisco Chronicle. El sondeo, en efecto, describió el debate sobre la vicepresidenta como una mezcla de lucha y decepción.

Sin embargo, al observarla más de cerca, la encuesta parece un caso atípico. El 21% de los encuestados se consideraron indecisos sobre Harris, mientras algo más de la mitad de los encuestados expresaron una opinión negativa, lo que la distanciaba de las calificaciones de Biden en ese momento.

Encuestas posteriores le otorgaron un índice de aprobación más cercano al de Biden, lo que encaja con la tendencia habitual de los sondeos.

Según Cliff Young, director de Asuntos Públicos de EE.UU. en la compañía de encuestas Ipsos, las fuerzas que debilitan a Harris son las mismas que amenazan a su jefe: la pandemia de la covid-19 y la economía.

Si el índice de aprobación de Biden mejora porque los estadounidenses sienten que se están abordando esos problemas, afirmó Young, la popularidad de la vicepresidenta también mejorará.

El experto señala que hay un lado positivo para la vicepresidenta. La mayoría de las encuestas la colocan a la cabeza del grupo de posibles candidatos presidenciales demócratas en 2024.

Todavía parece tener peso político, al menos entre su propio partido, y en particular entre las votantes mujeres y las minorías.

En el cargo, Harris ha asumido dos tareas de alto perfil. La primera fue abordar las raíces de la migración indocumentada a EE.UU. desde países centroamericanos.

En el primer año de la administración Biden aumentó la cantidad de inmigrantes que cruzan a EE.UU. desde El Salvador, Guatemala y Honduras, y el gobierno ha buscado formas de detener el flujo mientras revertía algunas de las políticas más draconianas de la administración Trump.

La tarea se consideraba desalentadora, aunque manejable. Biden desempeñó un papel similar como vicepresidente en el gobierno de Obama.

Sin embargo, para algunos las responsabilidades de Harris incluían la totalidad de la inmigración y seguridad fronteriza, desafíos arrastrados durante décadas y que, con toda probabilidad, llevará más décadas resolver.

Quizá no sea una coincidencia que el descenso de los índices de aprobación de la vicepresidenta a territorio negativo comenzara cuando el tema de la inmigración la puso en aprietos.

También se le ha encomendado promulgar la reforma electoral. Tras las acusaciones de fraude sin fundamento de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020, algunos estados controlados por los republicanos han aprobado leyes que dificultan las iniciativas para facilitar la votación, como el voto por correo.

Harris asumió la tarea de liderar las reformas que, a través del Congreso, se adelanten a estas acciones de los estados para impedirlas.

Sin embargo, con la oposición republicana unificada y la intransigencia de algunos demócratas, los esfuerzos de la vicepresidenta han estado condenados al fracaso.

Según la periodista e historiadora Kate Andersen Brower, es Biden quien ha hecho fracasar a su vicepresidenta.

"Le está dando tareas que son casi imposibles", sentencia.