Vivimos tiempos en que la felicidad suele medirse según el éxito que se tenga, la alegría tiene otros parámetros y el amor ya ni siquiera se justifica: al menos, eso se encuentra en el pensamiento del escritor español Manuel Vilas, quien en Ordesa, luego en Alegría y, ahora, en Los besos, se propuso contar historias alrededor del amor.

“Como ser humano me he dado cuenta de que el amor es la única justificación que tenemos para vivir: es el sentido, el centro de la vida, el momento en que la vida de cualquier ser humano tiene sentido. Eso lo he tratado en el amor de familia, en el amor entre padres, madres, hijos e hijas, y me faltaba por tratarlo en el amor de pareja, el romántico y sentimental, lo que viene en Los besos”. 

Una trilogía, que no lo es como tal, nacida de la obsesión del narrador por encontrar algo en la vida que no tenga un precio, por el cual no le digan “esto vale tanto: quiero mucho la vida y me parece terrible que todo tenga un precio”, más allá de que vivimos en un mundo en el que todo vale algo y “eso no me sirve para tener una ilusión por la vida”.

“Es una búsqueda sobre algo que a mí me convenza para seguir vivo, es una búsqueda personal: yo, Manuel Vilas, necesito encontrar una razón poderosa que no sea dinero y sólo he encontrado el amor.