Para Tlaxcala, la presencia de Dulce María Silva Hernández, oriunda de Huamantla y fundadora de Morena, esposa de César Yáñez Centeno en la entidad está generando una espiral política ascendente que ya les robó el aliento a cuando menos un par de aspirantes a la gubernatura para este 2021.
Y no es para menos, dado que es una de los herederos de Empacadora Silva, que se destaca por su labor altruista a través de su Fundación Dulce Silva, en favor de los que menos tienen en los municipios de la región del oriente tlaxcalteca, pero sobre todo de los huamantlecos desde hace muchos años y que tiene qué ver con la instalación de iluminación led en localidades menos urbanizadas, apoyos para familias de escasos recursos e incluso, la alimentación a familias en situaciones de alta vulnerabilidad.
En una publicación a finales de mayo de este mismo año, exponía la posibilidad cada vez más creciente y certera de que la candidatura de Morena para el Gobierno de Tlaxcala, será Silva Hernández; pero hoy, no hay que perderla de vista, porque desde mi perspectiva, cada vez se antoja más que sea la candidata natural de ese partido, toda vez que los nombres que se han mencionado en un sinfín de comentarios editoriales, son los mismos de siempre y son además, provenientes de otros partidos políticos que han demostrado poca lealtad a aquellos colores y que no garantizan lo mismo para el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hoy, hoy, hoy -como diría el recién soltero Vicente Fox Quesada- los liderazgos fundadores de Morena en Tlaxcala, andan muy acelerados buscando reunirse con ella para para respaldar su cada vez más creciente postulación.
La lógica apunta que para recobrar ideales de su partido, ella debería encabezar el proyecto electoral 2021 a la primera magistratura local.
Dulce Silva deberá tener cuidado con aquellos morenistas que ya tienen compromiso con la delegada de los programas federales, Lorena Cuéllar Cisneros, o con los senadores Ana Lilia Rivera Rivera o Joel Molina Ramírez, sobre todo esos de cambian de piel como de amo, como Melecio Domínguez Morales, Miguel Ángel Covarrubias Cervantes, Tomás Orea Albarrán, Víctor Manuel Báez López, Sergio González Hernández, Homero Meneses Meneses, María Félix Pluma Flores, Rubén Pluma Flores o José María Méndez Salgado, sólo por mencionar unos pocos, pero que sin duda, todos ellos cobran en el erario público y todos ellos, tienen en su haber historias de dinero mal habido en sus bolsillos.
Al saber lo anterior, estos hombres y mujeres que han resultado ser unos verdaderos pájaros de cuenta, ni siquiera deberían de continuar en la arena política, sino por el contrario, deberían ser enjuiciados al momento de separarse de sus cargos.
Alfonso Ramírez Cuéllar, espera su ratificación en la dirigencia nacional de Morena (de hecho, sería lo mejor que le pudiera pasar al partido), seguramente ratificará la representación de Dulce María Silva Hernández para el 2021, claro, si es que quiere devolver la plusvalía a su partido, candidatura que estoy seguro, López Obrador desde Palacio Nacional la ve con agrado.
¿Quién es Dulce Silva?
Dulce María Silva Hernández, nacida en la ciudad de Huamantla, hija de Martín Silva Ramos y nieta de Antonio Silva Mendoza.
La Empacadora Silva S.A. de C.V.
Fue fundada en el año de 1955 por su abuelo y su padre, quienes empezaron por productos embutidos de manera artesanal y para 1966, constituyeron Empacadora Silva S.A. de C.V.
El Cerdito, Carneli y Kual, son marcas propias que lanzan al mercado en 1975 y que marcan un parteaguas a 9 años de la constitución de la empresa y a 20 de su fundación.
No obstante, cuenta con otras marcas como Campo Rico, Gianelli y La Paz.
La empresa tiene presencia en 20 entidades de la República mexicana, posee además centros de distribución en CDMX, Nuevo León, Veracruz, Yucatán y Quintana Roo, que los posiciona como líderes del mercado en el sureste de México.