“Con mi permanente solidaridad y reconocimiento a la calidad de ser humano y de empresario nacionalista e íntegro de Ángel Mieres.”
La semana que termina fue, sin duda, un periodo en el que la política exterior mexicana fue sometida a fuertes presiones.
Negociar con empresario de los duros como Elon Musk para que, sin perjuicio de nuestro medio ambiente y con respeto de las leyes que existen en nuestro país sobre la inversión extranjera, es una tarea con similar grado de dificultad como la de poner los límites a las declaraciones de los funcionarios de la administración Biden sobre nuestra democracia.
En su conferencia mañanera del día siguiente a las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, (martes 28 de febrero), el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dedicó unos minutos a responder a los comentarios del Departamento de Estado de Estados Unidos, quien se refirió, de una manera por demás ambigua, a las manifestaciones ocurridas en México en contra de la reforma electoral, conocida como el Plan B.
El reclamo, del Jefe del Ejecutivo, en su estilo directo, condenó las declaraciones de Price porque tenían un fuerte aroma injerencista de Estados Unidos en los asuntos internos de México.
Las declaraciones de AMLO tuvieron como objetivo defender su postura ante Washington, que el lunes “consideró” que en nuestro país existe un "intenso debate" entre el Gobierno mexicano y la oposición, además de remarcar la necesidad de defender la independencia del INE.
AMLO remarcó que el gobierno de Estados Unidos "Todavía no abandonan la política de hace dos siglos, la política de Monroe, de sentirse el gobierno del mundo". Marcelo Ebrard respondió de manera categórica a los señalamientos del Departamento de Estado
del vecino país lo siguiente, publicado en el portal de la revista Proceso:
“El canciller Marcelo Ebrard Casaubón reclamó hoy al gobierno de Estados Unidos que respete el "proceso legislativo" de México, en referencia a las reformas electorales impulsadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, también conocidas como "Plan B". Es un asunto especial de respeto mutuo a nuestras soberanías", agregó Ebrard desde su cuenta de Twitter, donde publicó una fotografía de él con Antony Blinken, el secretario de Estado del gobierno de Joe Biden, tomada al margen de la cumbre de cancilleres del G20.
“Un sistema electoral independiente, con buenos recursos y respeto a la independencia judicial, apoyan una democracia saludable” concluyó el encargado de la diplomacia mexicana.
En la ajetreada semana que terminó apenas, en los temas internaciones que vivió nuestro país, destacó, sin duda, la decisión de la
empresa Tesla de apostar por una inversión en México, concretamente en Santa Catarina, Nuevo León, de más de cinco mil
millones de dólares para instalar la que será su planta ensambladora más grande de las que tiene en el mundo.
La participación del Canciller Ebrard Casaubón fue definitiva en el aterrizaje de esa negoción.
Superando las controversias suscitadas en las semanas previas a la video llamada que celebraron el presidente López Obrador y el accionista mayoritario de Tesla, Elon Musk, sobre el lugar donde instalaría su planta de autos eléctricos en México, el canciller Marcelo Ebrard Casaubon consideró como muy exitosa la negociación del presidente Andrés Manuel López Obrador con el mencionado millonario Elon Musk, en la cual acordaron esta “gran inversión”.
En su cuenta de Twitter, Ebrard destacó también el papel de su equipo en la negociación de la instalación en México de la llamada GigaPlanta de Tesla en Santa Catarina. La derrama económica de esa inversión será muy positiva como una señal positiva para toda la inversión extranjera en nuestro país. Las relaciones de México con los gobiernos de Estados Unidos siempre han tenido una peculiar sensación de cuidado por parte de los gobiernos mexicanos en el sentido de que los llamados “Vecinos Distantes”, no asuman la nefasta política proclamada como The Big Stick en 1901 por el presidente Teodoro Roosevelt.
Y ahora el presidente López Obrador, a través de su Canciller Marcelo Ebrard, mantuvo intacta la posición soberana de México ante los embates de los funcionarios de la administración Biden que, muy pronto, se olvidaron de episodios como
el de Rápido y Furioso, y demandan a México una mayor eficacia en la lucha contra el narcotráfico.
POR JOSÉ LUIS CAMACHO ACEVEDO
JOSECAMACHO@GMAIL.COM
@JLCA007