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La falta de visión le cerró el paso al porvenir

por Luis Acevedo Pesquera
27-07-2020

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Luis Acevedo Pesquera

 

Aunque en la última semana de julio veremos algunos indicadores económicos que brillarán entre la oscuridad mexicana, como es muy probable que ocurra en el caso de la balanza comercial en la que observaremos un ligero repunte que de ninguna manera podrá ser atribuible al T-MEC sino al inicio de la reactivación mundial, se puede adelantar que en los meses siguientes no hay nada para afirmar que ya inició la recuperación, como seguramente se tratará de vender.

Si la pandemia ha sido cruel para todo el mundo, en el caso de nuestro país es catastrófica, más porque se dejó en el desamparo a la planta productiva.

En mayo, la economía mexicana profundizó su desplome.

Se podrá argumentar que en esa fecha se intensificó el confinamiento para tratar de contener los efectos de la pandemia y que, por eso, las principales actividades económicas retrocedieron 2.6 por ciento respecto de abril, con lo que a tasa anual la caída fue de 21.6 por ciento, que es histórica, pero no solo por causas extraordinarias.

Lo cierto es que desde septiembre de 2009 no se había visto un deterioro de tal magnitud, que no puede ser atribuido solamente a la COVID-19 porque el país viene arrastrando males productivos y de inversión desde 2019, año en que la economía prácticamente no creció.

En la información que proporcionará el INEGI esta semana veremos seguramente un ligerísimo repunte en varios rubros, principalmente en la balanza comercial y, hacia adelante, en el sector industrial que, en menor medida a lo que sufre el sector de los servicios -sin considerar al ámbito financiero-, ha sido de los más afectados.

Consideremos que la construcción, la industria automotor, la producción petrolera y las manufacturas en general, al ser consideradas como actividades prioritarias en el proceso de desconfinamiento, podrían dar algunas luces importantes de recuperación, pero insuficientes para pensar en la salvación económica, sobre todo en cuanto a la generación de empleos formales y el consumo.

Además, como la economía se sustenta mayoritariamente en los servicios, en donde el turismo, transporte, alimentos y bebidas, restaurantes, etc., siguen siendo de las más afectadas por el distanciamiento y la inactividad, mostrarán saldos negativos todavía durante varios meses.

En materia de empleo, tanto formal como informal, el sector de los servicios en general ha sido el principal pivote del empleo, sobre todo en el turismo, restaurantes y comercio que han sido los rubros en donde más desocupación se ha registrado y no existen expectativas para su solución en el corto plazo.

Como un oasis económico, el campo ha logrado mantener una distancia relativa en el proceso de deterioro y abandono en que se dejó a los sectores secundario y terciario.

Las actividades agropecuarias mostraron en mayo avance de 1.6 por ciento a tasa mensual y de 2.5 por ciento comparado con mayo del año pasado. Es más, se puede decir que los apoyos gubernamentales al campo evitaron en parte un deterioro nacional más grave e, incluso, contribuyeron marginalmente a reducir las presiones inflacionarias, lo que respalda la opinión en el sentido de que habría sido menos traumático para la economía, con su secuela en materia de desempleo, si las autoridades hubieran transferido apoyos a la planta productiva.

Pero la realidad es cruel. La actividad industrial se contrajo 1.8 a tasa mensual y 29.7 por ciento a tasa anual, que es una caída histórica y consolidó 20 meses con retrocesos anuales consecutivos.

Por lo que se refiere a los servicios, este sector cayó 3.2 por ciento mensual para una caída anual de 19.1 por ciento, que también es un desplome de características históricas y lo peor es que las nueve categorías que conforman este indicador se ubican con tasas negativas.

El comercio mayorista, arroja un nivel mensual de -16.2 por ciento y -32.4 por ciento anual; entretenimiento -4.3 por ciento mensual y -33.3 por ciento anual; servicios de alojamiento, incluyendo restaurantes -3.3 por ciento mensual y -72.1 por ciento anual, solo por mostrar algunos de los más representativos para la economía, la generación de los empleos perdidos y el consumo.

Así, el panorama para lo que resta del año y seguramente los próximos 18 meses no puede ser optimista, aunque se diga lo contrario, porque la falta de apoyos oportunos le cerró el paso al porvenir.

@lusacevedop