Una apuesta a una ruta temática más o menos establecida que guía sus conferencias, talleres y presentaciones; y que aprovecha el músculo estudiantil para pescar lectorxs mediante un abanico amplísimo de intereses: desde educación financiera hasta poéticas contemporáneas.
El valor de esta feria radica en que es tan diversa como su público y sus libros: la literatura es un tema más, un pretexto para reunir otras manifestaciones del mundo editorial, cercanas a la producción académica de una universidad en la que no hay áreas dedicadas al estudio de la lengua y las letras, pero sí un interés creciente de su comunidad en la literatura y su crítica.
La otra feria, condenada (positivamente) a la región, se ha convertido, más que en una “fiesta” de lectorxs, en un espacio de encuentro de la escena local, en un escaparate de lo que sucede en la literatura aquí, hoy.