El segundo evento importante en el inicio de la pubertad es la activación del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal. A partir de los 6-8 años de edad aumenta paulatinamente la actividad del hipotálamo con producción de GnRh u hormona liberadora de gonadotrofinas, ocurriendo principalmente un cambio en el patrón como se secreta esta hormona que conlleva a la obtención de pulsos de mayor intensidad y amplitud en la secreción de GnRh. Por su parte esta hormona estimula a la hipófisis produciéndose un aumento gradual de las hormonas hipofisiarias (hormona folículo estimulante o “FSH” y hormona luteinizante o “LH”) las que a su vez van a actuar sobre la gónada (ovario en mujeres y testículo en varones) determinando la secreción de estrógenos y progesterona en las niñas y testosterona en los varones.
En los niños, la FSH actúa principalmente a nivel del epitelio germinativo del testículo, produciendo crecimiento testicular y espermatogénesis (producción de espermatozoides). La LH, actúa sobre las células de Leydig del testículo lo que lleva a producción de testosterona, hormona que produce gran desarrollo muscular y laríngeo, aparición de vello facial, axilar y pubiano, crecimiento genital y óseo y contribuye a cerrar los cartílagos de crecimiento.
En las niñas, la LH Y FSH estimulan el ovario determinando así la producción de las hormonas sexuales estrógenos y progesterona. Los estrógenos tienen que ver con el crecimiento mamario y uterino, determinan el crecimiento o maduración ósea y el cierre de los cartílagos de crecimiento. Junto a la progesterona participan activamente en el desarrollo de los ciclos menstruales.
En la mayoría de los niños el primer signo de pubertad es el aumento de volumen testicular alcanzando un volumen inicial de 4 cc. En las niñas es la aparición del botón mamario que puede ser uni o bilateral.
Una vez iniciado el desarrollo puberal, el proceso avanza en forma progresiva, completándose en un lapso promedio de 3 a 4 años. En las niñas la pubertad normalmente se completa a los 16 años y en los varones a los 18 años aproximadamente.
Para evaluar la progresión de los patrones normales de pubertad, los autores Tanner y Marshall describieron en población anglosajona los denominados “estadios de Tanner”, Esta clasificación evalúa el grado de desarrollo puberal para ambos sexos, clasificándose en 5 estadios o grados lo que nos permite tener un lenguaje universal común siendo ampliamente aceptada en la práctica clínica (Ver tabla I y II). Es así como en las niñas se considera el desarrollo mamario y del vello pubiano, en los niños se describe el desarrollo de los genitales externos, principalmente el grado de volumen testicular, así como también se valora el vello pubiano. Estos estadios se enumeran en números romanos del I al V, siendo I el estado previo a la pubertad o sin evidencia de desarrollo puberal, mientras que el estadio V corresponde a las características obtenidas al alcanzar el desarrollo completo.
En general la pubertad progresa a razón de un estadio de Tanner por año. Esto es muy importante para evaluar si el proceso está ocurriendo normalmente o no.