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La higiene y el sexo

por Redacción
03-11-2021

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Podría decirse que muchos aspectos de la higiene tienen bastante que ver con la cultura. Dentro de algunas culturas algunos hábitos pueden considerarse deseables, mientras que en otras son tildados de 'antihigiénicos'. Incluso en una cuestión como la higiene pueden intervenir factores bastante subjetivos y culturales. No obstante, un cuerpo limpio siempre es apreciado.

Uno de los requisitos mínimos de muchísimas personas para aceptar tener un contacto más íntimo es que la otra persona cuente con una higiene adecuada. Quizás no todas las personas conceden la misma importancia a la higiene de distintas partes del cuerpo. Así, hay quienes creen que es imprescindible especialmente la higiene buco-dental, mientras que hay otros que se fijan bastante en los olores corporales. Unos pies, por ejemplo, que despiden olores desagradables pueden desanimar a muchos, a priori, deseosos amantes.

Ciertamente el cuerpo humano tiene sus aromas naturales −especialmente en estos meses de calor− que despide constantemente y que no tienen que ser necesariamente desagradables. El problema es que los efluvios corporales cuando permanecen durante un tiempo fermentan y se degradan. Esa transformación de los ácidos grasos actúa como caldo de cultivo para gérmenes que generan el mal olor corporal. Y aunque esto pueda resultar atractivo para unas pocas personas, a otras muchas les produce rechazo. Resulta nefasta la costumbre de intentar encubrir sus olores con el uso de productos cosméticos. La combinación de sudor viejo con desodorantes y colonias suele dar un resultado bastante repugnante.

Aquí no hay misterio, una buena ducha hace milagros, el pertinente uso del bidet mantiene en forma zonas más íntimas; sin olvidar la boca, que avanzadilla y carta de presentación íntima, siempre debe estar higiénicamente practicable.