Sin duda, la primera hora siguiente al nacimiento es una de las fases más críticas en la vida de los seres humanos. No es casualidad que todos los grupos humanos han molestado de forma rutinaria los procesos fisiológicos durante este corto período de tiempo a través de rituales y creencias.
Nuestros entornos culturales están determinados en gran medida desde el principio de la interacción madre-recién nacido. Esta primera hora que sigue al nacimiento puede ser vista desde multitud de perspectivas complementarias que demuestran la dimensión real de este tema tan complejo.
La oxitocina no se libera jamás de manera aislada; siempre forma parte de un equilibrio hormonal complejo.
Este es el motivo por el que el amor tiene tantas facetas. En el caso
particular de la hora siguiente al parto, en condiciones fisiológicas,
el nivel máximo de oxitocina está asociado con un nivel alto de
prolactina, la cual también se conoce bajo el nombre de la hormona de la
maternidad. Esta es la situación más típica de expresar amor a los
bebés.