La Comisión Nacional de derechos Humanos, otrora una de las instituciones con más prestigio de nuestro país, ha descendido a niveles patéticos desde que es dirigida por Rosario Piedra Ibarra.
Además de no haber hecho ninguna recomendación de importancia en lo que va del sexenio, ahora excede sus atribuciones para atacar al Instituto Nacional Electoral.