La marcha y el país bicolor que tanto ha deseado AMLO
+ Segundo Encuentro de Organizaciones Sociales de la CDMX
Felipe León López
Lo comentamos la semana pasada: el pretexto de la marcha de este domingo 26 de
febrero fue la defensa del INE, pero más que eso fue una convocatoria para que todas
las oposiciones al lopezobradorismo salieran a las calles a protestar. Y vaya que
rebasaron las expectativas, porque sí salieron y no fueron pocos, a pesar de algunos
impresentables convocantes generan más repudio que atracción como Calderón, Fox,
Luis Carlos Ugalde, Mariamparo Casar, Madrazo y de oradores como el ex ministro
calderonista José Ramón Cosío o la madracista Beatriz Pagés.
A pesar de todo ello y de una fracasada campaña sucia en las redes sociodigitales y en
medios afines al lopezobradorismo que acusó de ser una marcha por la libertad de
García Luna o una “narco marcha”, gran parte de los asistentes fue por su convicción
antiobradorista y el tema del plan B quedó en segundo plano, como sigue hoy en día,
en un segundo plano, porque el mensaje que se envío es netamente político para las
dos elecciones estatales de este 2023 y la madre de todas las batallas: la elección
presidencial del 2024.
Como bien lo apuntan incluso analistas como Julio Astillero y otros cercanos a la 4T,
como Jorge Zepeda Patterson, si en Palacio Nacional no quieren verlo, digerirlo y
entenderlo, y limitarse a las mismas descalificaciones de que “son conservadores”,
“fifís”, “defensores del régimen de privilegios”, sería grave error porque ya dejó de ser
incipiente la expresión de reprobación al presidente.
Y a decir verdad, esa expresión que se dio el domingo 26, sean cinco mil, cien mil o un
millón, porque en política ningún adversario es pequeño, es lo que el presidente
Andrés Manuel López Obrador quería ver: un bloque único de sus opositores y
detractores, la manifestación pública de quienes están en contra de su proyecto de
gobierno y del plan transexenal de transformación.
Es decir, el presidente ha pugnado porque el país tenga dos visiones de país en
disputa, aunque realmente sea un país de dos bloques con grandes matices ideológico
políticos, donde conviven lo mismo derechas, izquierdas, socialdemócratas, cristianos
y sinarquistas.
Sí, salieron las clases medias y las clases altas a las calles, pero también observamos a
la clase popular de varias alcaldías de la CDMX, así como a estudiantes de todos los
niveles, de escuelas públicas y privadas. Y más aún, si creíamos ver sólo a las derechas
del conservadurismo y del neoliberalismo, pues no, como en la pasada marcha rosa
también observamos a la vieja izquierda comunista, intelectuales, académicos y
socialdemócratas. Varios decepcionados de la 4T y muchos damnificados.
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El pasado domingo, quedó claro que las élites del país ya están divididas, pues basta
con releer como en las últimas semanas empresarios y políticos de la vieja guardia
cerraban filas y daban su voto de confianza en el presidente y otros se untaron
protector solar para ir a marchar por primera vez en sus vidas.
Se cumplió en gran parte el deseo de AMLO; un país de dos fuerzas políticas, dos
conglomerados híbridos ideológicos, encabezados por el presidente y su partido, al
que se alinearán la izquierda maoísta del PT y la derecha pro vida del Partido Verde. Y
por el otro lado, el PAN, el PRI, lo que queda del PRD y un abanico de varias
organizaciones autollamadas sociedad civil organizada donde militan desde
conservadores hasta ex guerrilleros.
Si las condiciones de los acuerdos se consolidan como hasta ahora, esas serían las dos
coaliciones que medirían sus fuerzas para disputar la silla presidencial y el Congreso
de la Unión.
Pero como hemos reiterado, si bien fueron marchantes en varias localidades del país,
sería la CDMX a la que concentrarían más esfuerzos. Y sí, vimos a las señoras y señores
de las Lomas, de Polanco, del Pedregal lo mismo que de las colonias clasemedieras de
las alcaldías Benito Juárez, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón o Coyoacán, pero también
ciudadanos provenientes de las alcaldías donde se han registrado poca sensibilidad de
los gobiernos morenistas que siguen sin entender al ciudadano y sus demandas. Según
tres últimos estudios sobre confiabilidad en sus alcaldes, los reprobados son de
Iztacalco, Milpa Alta, Gustavo A Madero, Xochimilco y Tláhuac.
Más allá de nuestras fronteras la marcha contra el Plan B que reforma al INE sí está
teniendo no sólo impacto mediático en diarios como Washington Post, Wall Street
Journal, New York Times, The Guardian, sino también de carácter político, tanto por la
posición del Departamento de Estado de los Estados Unidos, sino porque hay voces
del vecino país que piden al presidente Joe Biden no invitar al mexicano López
Obrador a la Segunda Cumbre por la Democracia, bajo la consigna de “defender las
elecciones libres y justas en el mundo y que se llevará a cabo los días 29 y 30 de
marzo.
Natalie Kitroeff, en The New York Times, editorializó que “México restringe a su
instituto electoral, que contribuyó a acabar con el régimen de partido único. (…) Los
cambios suceden en la antesala de los comicios presidenciales de 2024 y son parte de
un patrón de desafíos a las instituciones democráticas en el hemisferio occidental”.
Hay preocupación de la comunidad internacional y socios comerciales, pero,
despreocupación del presidente mexicano.
Falta un mes, mientras tanto el domingo 26 de febrero será un día emblemático para
los opositores que dicen: aquí estamos y como dijeran los peleadores callejeros: para
el 2024, si nadie se raja, ahora sí ya hay tiro.
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SEGUNDO ENCUENTRO DE ORGANIZACIONES SOCIALES EN LA CDMX…
se llevó a cabo un día antes de la marcha emblemático: el sábado 25 de febrero en las
instalaciones del Frente Popular Democrático, donde se congregaron varios referentes
urbano populares para expresar su preocupación por “el avance de la derecha” en la
capital del país. Surgieron varias ideas para el diseño de política públicas que harían
llegar al gobierno central y una agenda de demandas políticas para las organizaciones
del movimiento urbano popular. Por parte de la Unidad de Acción Popular (UAP) se
propuso la realización de un Segundo Foro por la Ciudad que Queremos con el fin de
“Conjuntar esfuerzos de otras organizaciones integrantes del movimiento urbano
popular con el análisis de representantes populares, académicos e investigadores, así
como especialistas en planeación urbana y políticas públicas aplicadas, para que
desde la metodología de prospectiva de políticas públicas aplicadas se analice, debata
y propongan acciones y alternativas para la aplicación de políticas públicas de
impacto social en beneficio de los sectores populares de la capital del país”, es decir,
desde la óptica de las organizaciones y con el fin de que el gobierno de la CDMX los
tome más en serio.
Contacto: feleon_2000@yahoo.com