La oxitocina, es una hormona que está directamente relacionada con la conducta maternal y paternal, los patrones sexuales y la impulsividad en la intimidad con la pareja.
La hormona está directamente relacionada con el placer y el afecto, ya que ayuda al cerebro a sentir cariño por las personas que componen nuestro entorno, permitiendo sentir hacia ellas lo que no sentimos hacia los desconocidos.
Durante las relaciones sexuales se libera oxitocina, la que actúa sobre los sistemas del cerebro relacionados con el refuerzo positivo, es decir, con el placer, incrementando la complicidad, afecto y confianza con la pareja.
Aquellas personas que tienen contacto físico y sexual de calidad frecuentemente, logran mayores niveles de oxitocina. De este modo, se estrechan y fortalecen los lazos en la relación.