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La variante Ómicron: ¿Cuántas más tendremos que aguantar?

por Redacción
28-02-2022

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Son tres los efectos que se deben monitorear de las nuevas variantes:

  •     Aumento en la transmisibilidad.
  •     Incremento en la virulencia, que se expresa en alteraciones en el cuadro clínico y que puede tener mayor letalidad.
  •     Compromiso de las medidas de control de salud pública o eficacia de las vacunas conocidas.

Lo anterior confirma la capacidad de mutación que tienen los virus; nunca había sido estudiado un virus de manera global y masiva como el SARS Cov-2 . Los virus en la medida que se propagan pueden tener, por su interacción con los organismos vivos, la capacidad de cambiar su secuenciación genética, lo que permite que sus características pueden cambiar. Nunca habíamos pensado si un cuadro gripal producido por un virus era el mismo agente viral del pasado con alguna mutación o era otro virus.

En el caso del coronavirus se ha logrado hacer la correspondiente identificación de distintos linajes alrededor del mundo y no todos tienen impacto o cambio en su representación poblacional, lo cual ha servido para monitorizar los métodos diagnósticos y por supuesto el desarrollo de las vacunas. (Centro para el control y prevención de enfermedades, 2021).

La OMS clasifica las variantes en cuatro grupos:

    Variantes bajo monitoreo (VPM): son las que tienen algún tipo de impacto respecto a las contramedidas instauradas, requieren seguimiento y se han asociado a enfermedades graves o de alta transmisibilidad.

Alpha (linajes B.1.1.7 y Q)

Beta (linajes B.1.35 y descendientes)

Gamma (linajes P.1 y descendientes)

Épsilon (B.1.43 y B.1.43)

Eta (B.1.52)

Lota (B.1.53)

Kappa (B.1.617.1)

Mu (B.1.621, B.1.621.1)

Zeta (P.2)

  •     Variantes de Interés (VOI): que presentan marcadores genéticos específicos, cambios en la unión al receptor y que han demostrado menor eficacia en los tratamientos. No hay en el momento.
  •     Variantes de preocupación (VOC): mayor transmisibilidad y casos de mayor gravedad e impacto clínico.

Delta (linajes B.1.617.2 y AY)

Ómicron (B.1.1.529)

    Variantes con grandes consecuencias (VOHC): fallas demostradas en los métodos de diagnóstico, reducción significativa en el efecto de las vacunas y en los tratamientos disponibles. No hay en el momento.

En Colombia el encargado del monitoreo es el Instituto Nacional de Salud (INS), que se ha encargado de los estudios científicos del país, encontrando los linajes, las mutaciones y, de la mano con el ministerio de Salud, ha direccionando las medidas de atención en salud pública.

En el último boletín del 1 de noviembre el INS reportó 6808 genomas secuenciados y 110 linajes identificados en todo el país.

La posibilidad, entonces, de los cambios en linajes, mutaciones y variaciones será el pan de cada día con el Covid-19. Lo que podrá cambiar esta realidad son las medidas de control en salud pública adaptadas según la región, la vacunación masiva y los desarrollos de tratamientos antivirales efectivos para esta patología.

Por ahora, seguimos en declaración de pandemia hasta que la OMS lo determine y, después, la pueda  considerar endemia; es decir algo estacional, similar a la influenza, que se presenta periódicamente y que se controla de manera adecuada con el riesgo de presentar dentro de la endemia futuras epidemias.

Ante esta realidad, debemos agradecer el avance de la tecnología en términos de diagnóstico, desarrollo de última generación de vacunas y los miles de estudios que actualmente están corriendo alrededor del mundo, en busca de un tratamiento eficaz. Esta es la pandemia de la humanidad que mejor manejo ha tenido y que, seguramente, en proporción menos letalidad ha enfrentado comparativamente con lo que describen en la historia de la medicina.

Es momento de continuar sin desfallecer, pensar con racionalidad, cuidado de los demás, seguir en la campaña de vacunas y no perder de vista que es un virus complejo, con el que y tendremos que aprender a convivir.