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La Virginidad

por Redacción
16-10-2021

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La virginidad desde la cultura de las religiones, se ha utilizado para identificar a las mujeres que no habían practicado relaciones coitales. Es un término que se utiliza para describir a algo que permanece inalterado desde su origen y que la religión, se lo autoproclamó como propia para controlar la sexualidad reproductiva de la humanidad.

La virginidad como constructo social

La virginidad no es un término médico, ni científico ni demostrable. Es un constructo socialmente interiorizado que ha dado forma a cómo nos  relacionarnos  en el sexo.

Por lo tanto, la virginidad NO EXISTE. Es una creencia elaborada para controlar la sexualidad. Y meter miedos infundados que son mentiras. Y cuanto daño han hecho esas mentiras…Es uno de los mayores agobios y quebraderos de cabeza de muchos jóvenes aún hoy en día.

Un término antiguo. Muy antiguo.

Se consideraba a las mujeres que no han sido penetradas, es decir, que no habían practicado coito, como mujeres puras y pulcras. La virginidad se asocia con la pureza,  y si llegaban vírgenes al matrimonio, estaban dando un mensaje al hombre con quienes mantenían su primera relación sexual: “Soy pulcra, soy pura y me entrego a ti «oh» todo poderoso hombre” . (Un poco de humor para quitarle rabia a este mito tan espeluznante). Ser penetrada sin estar casada, implicaba deshonra, vejación, ultraje y sobre todo culpa. Mucha mucha culpa.

La Culpa en la mujer

Una emoción que nos paraliza y que nos hace sentir de menos. Las mujeres durante siglos y aún hoy en día en muchos países, se nos castiga por vivir nuestra sexualidad como nos da la gana. Como si no nos perteneciera. Somos esclavas del miedo más atroz que ha perpetrado en la mente del hombre y del patriarcado: si podemos controlar la sexualidad de la mujer, podemos controlar la natalidad. Porque nuestra descendencia es lo más importante para nuestra humanidad. Una mujer con derechos y libre de actuar como le plazca teniendo sexo o no, coito o no, tener hijos o no, estar casada o no, relacionarse con una mujer o no,…etc. …significa perder los privilegios y el estatus masculinizado de esta sociedad heteropatriarcal.

Perder la Virginidad

El término no significa lo mismo para hombre que para mujeres. En la actualidad, el término se ha “modernizado” y se utiliza tanto para chicos como para chicas.  Aún hoy nos encontramos que al acudir a dar educación sexual en los colegios e institutos, se suele utilizar mucho el término como un aumento de la autoestima para los chicos y como un comportamiento deleznable para las chicas. Ya que si la chica es “desvirgada” por un chico que no es su pareja, y quiere única y exclusivamente disfrutar y sentir placer, a veces a llegado a sentir insultos como “guarra” y “puta”. Además que ligado al mito de la virginidad está el siguiente: la primera vez duele. Por lo tanto, nos han metido tantas mentiras a las mujeres sobre la forma en cómo debemos actuar en nuestra primera vez, que mantener una relación sexual por primera vez para una mujer no es igual que para un chico.

Me hace recordar escribiendo este post, al programa de Salvados que retransmitió la Sexta, donde Jordi Évole le preguntó a un grupo de chicos y chicas que es lo que más le preocupaba del sexo en la primera vez. Y sus respuestas fueron de lo más clarificadoras: a los chicos les preocupaba el no sentir placer. A las chicas a sentir dolor.

¿Ya cansa un poquito esto no?

La creencia sobre esta diferencia entre hombres y mujeres viene de muy lejos.  La pérdida de la virginidad en las mujeres viene ligada a la “ruptura del  himen”, una delgada y finísima  membrana que cubre la entrada de la vagina, y que en muchas sociedades con un peso de la tradición muy fuerte,  se sigue dando valor al hecho de ser penetrada por primera vez.   

Como mujer y como profesional, me sigue dando escalofríos pensar que muchos hombres en muchas partes del Mundo “compran” la virginidad de las mujeres como si fuera un “trofeo”. Un privilegio, que como hombre, ya va siendo hora de actualizarse un poquito.

He visto en consulta como mujeres, deseando estar sólo con mujeres, han practicado el coito con un hombre para no sentirse bichos raros. El concepto de ser “desflorada” tiene que ser cometido por un hombre.

¿Nos hemos vuelto locos/as?

Quiero ver las cosas de otra manera

¿Qué tal si vemos nuestra primera vez de cualquier encuentro erótico como una ganancia y no como una pérdida?

El autoconocimiento del propio cuerpo, identificar nuestras emociones y darles valor en su justa medida, será nuestra llave para ELEGIR a nuestros compañeros y compañeras sexuales; y en cada una de nuestras experiencias, GANAR confianza para llegar a ser las y los mejores amantes.

Démosle al coito el  lugar que merece. Ni es más ni es menos. Toda práctica sexual puede ser una primera vez. Ya que cada experiencia sexual es única. Por eso debemos cuidar tanto nuestro bienestar  físico, emocional y mental para disfrutar de nuestros cuerpos. Siendo libres de prejuicios, creencias  del pasado o comentarios soeces de la ignorancia más castrante.