Se trata de cartografiar los últimos 10 000 millones de años de historia cósmica a través de más de un tercio del cielo, desde “el mediodía cósmico”, cuando la mayoría de estrellas se formaron, hasta la actualidad.
Esta “mirada” hacia el pasado posibilitará la recopilación de información sobre las formas, posiciones y distancias de las galaxias. Todo se reunirá en un atlas tridimensional que se compartirá con la comunidad científica.
Ello es necesario para construir un mapa detallado de la distribución de la materia en el universo y para inferir la velocidad a la que los objetos se alejan unos de otros.
Solo un atlas tan extenso de la estructura e historia del cosmos a gran escala ayudará a desvelar características hasta ahora desconocidas de la energía y materia oscura, y a completar nuestra comprensión de la gravedad.