Cuando el sismo de 2017 provocó que buena parte de su creación artística quedara bajo los escombros de un departamento en la colonia Del Valle, donde se resguardaba parte de su colección, más que sentarse a lamentar el hecho, la artista Teresa Velázquez se propuso resignificar su creación artística, convencida de que en el arte “el proceso de recreación es imprescindible, hay que estar resignificando al mundo para apropiárselo y proponer evolución”.
Cuatro décadas de creación que se encuentran reunidas en un libro de arte homónimo, editado por Luis Martín Lozano, quien se dio a la tarea de coordinar una monografía múltiple e interdisciplinaria, donde el análisis se enriquece desde la literatura, la fotografía y la historiografía del arte, luego de ahora “la mayoría de esas obras sólo existen virtualmente, como fotografías”.
Me siento muy tranquila, muy sosegada, al ver que este tipo de publicaciones existe, claro que son mínimas por los costos y por lo que implica hacerlas, porque la historia del arte es un gran trabajo y el Estado tendría que garantizar que las personas que se abocan a ello tuvieran todas las condiciones para hacerlo. Por eso, las veo sumamente necesarias y su existencia nos produce una calma infinita, sobre todo la utilidad que podríamos tener”, explica la artista a propósito de la aparición del libro de arte Teresa Velázquez (Editorial Fauna).
Un volumen que recupera la trayectoria de la artista nacida en Ciudad de México en 1962. En la UNAM, formó parte de talleres de dibujo y pintura, como el del maestro Gilberto Aceves Navarro. A lo largo de su trayectoria, Tere Velázquez ha obtenido la beca de Jóvenes Creadores del Fonca y el Sistema Nacional de Creadores.
Crédito a Milenio