Entre 2019 y lo que va de 2021, la Secretaría de Bienestar del gobierno de López Obrador ha gastado 36 mil 800 millones de pesos en beneficiar con becas bimestrales a la población con discapacidad en México, de los que algo más de 10 mil millones se ejercieron solo en el primer semestre de este 2021.
Sin embargo, en estos casi tres años de operación, el alcance de la beca ha sido realmente corto. Y lo ha sido desde el planteamiento mismo del programa, que, en efecto, no es universal: en el país hay casi 21 millones de personas que tienen alguna discapacidad, de las cuales, 6 millones 179 mil personas tienen discapacidad permanente, según datos del censo de población 2020 del INEGI. El programa, en cambio, tiene como meta llegar a 1 millón de beneficiarios; es decir, apenas a un 16% de ese universo.
Los funcionarios de Bienestar explicaron que el programa da prioridad a los tres sectores de población: niños, niñas, adolescentes y menores de 30 años; personas de 30 hasta 64 que vivan en municipios indígenas, afromexicanos, y personas de 30 a 67 que habiten en municipios de altos índices de pobreza.
La organización civil Data Cívica, en un análisis para este reportaje, calculó con datos del INEGI y del Instituto de Población Indígena (INPI) que con esta priorización que hace Bienestar, el universo a atender se reduce a 1 millón 925 mil personas que son niños, niñas, jóvenes hasta 29, personas indígenas o afromexicanas, y adultos que viven en municipios con altos niveles de marginación.
Pero esta cifra implica dos cosas: que más de 4 millones 250 mil personas con discapacidad se quedan fuera del rango para poder optar a la ayuda; y que el grado de cobertura, teniendo en cuenta solo a esos casi 2 millones que sí cumplirían los requisitos, sigue siendo bajo: en 2019, el primer año de operación de la beca, fueron beneficiadas 837 mil personas, el 43% de la población objetivo. Es decir, que 1 de cada 2 personas que cumplían con los requisitos no la obtuvieron.