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Las corazas sexuales

por Redacción
14-04-2022

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Muchas veces nosotros mismos creamos nuestras corazas porque conocemos poco nuestro cuerpo, nuestras emociones, nuestras heridas y necesidades reales. A veces al cuerpo lo pensamos, pero no lo sentimos, está anestesiado, acorazado por miedo a ser dañados.

Para muchos, el cuerpo es motivo de problemas, algo lejano, extraño, que a veces incomoda y estorba. Es cierto que cada uno trae su mochila y en ella sus vacíos y heridas, algunas muy profundas por amores y desamores, temores y desconfianza.

Todas las experiencias vividas están grabadas en nuestro cuerpo, y en una parte de nuestra mente inconsciente, que con el paso del tiempo han generado distintas creencias sobre nosotros mismos y han puesto en cuestión nuestro valor como hombres, mujeres, y como persona.

¿Qué es son las corazas corporales?

Las corazas corporales son una auto-protección que generamos a raíz de experiencias traumáticas del pasado, una forma de protegernos del dolor guardado.

A través del tiempo han quedado atrapadas las memorias de aquella experiencia en nuestro tejido muscular, que se va endureciendo para no sentir el dolor que causó, a la vez que esta protección impide sentir el placer en el presente por miedo a revivir aquellas emociones. Es una pescadilla que muerde la cola.

Estas heridas en muchos casos fueron creando corazas también en nuestros genitales, nuestro cuerpo y nuestra alma. La coraza, es tener el corazón cerrado, con un corazón cerrado no es posible sentir ni el amor ni el placer de amar y ser amado, y esto genera un gran sufrimiento.

Las corazas en la mujer

Las claves para ser feliz en pareja

Se crea por diferentes y variadas causas, cerrando el paso a los estímulos y acercamientos del pene, causados por sentimientos de culpa, por haber deseado y disfrutado del sexo más de lo “normal” según lo permitido, o a ver mantenido relaciones violentas con escaso tacto y cariño, también es la consecuencia de hacer el sexo sin ganas, sin disfrute, sin orgasmo, o por un aborto no aceptado, o abuso sexual.

La mujer a veces puede fantasear con el hombre, su romanticismo le lleva a desearlo, pero el desconocimiento de su propio cuerpo y a veces de sus heridas hace que su vagina se endurezca, se tense y tema el dolor que le produce solo imaginar la intimidad y el contacto.

Muchas veces es un deseo de ser deseada más que en sí el deseo de hacer el amor. Si hacer el amor es doloroso, aburrido y rápido el cuerpo sigue grabando en el archivo de experiencias desagradables y se produce una anestesia generalizada del cuerpo especialmente en su zona íntima.

Las corazas en el hombre

En el hombre el acorazamiento se da más por los sentimientos de culpa y los miedos infantiles asociados a la masturbación. Generando una coraza en el pene que hace que su tensión mantenida le cause insensibilidad, debido a esto se esfuerza por mostrar su masculinidad requiriendo un doble estímulo para ser excitado, generando mayor tensión y ansiedad.

Esta insensibilidad del pene hace que sea muchas veces agresivo e insensible al contacto con la vagina.

El cuerpo se endurece, se tensa, se crispa. Muchas veces los amantes se encuentran en la intimidad como dos extraños, sin saber qué hacer, apagan la luz para no verse, se besan y se tocan con cierta ansiedad su cuerpo y casi de inmediato van al coito. Esto genera más coraza, tensión y distancia.

La coraza en el hombre

Las corazas se traducen también en actitudes: sentir vergüenza e incomodidad, al hablar de sexo o los genitales. Mostrar su cuerpo o ser contemplado por la pareja…

Quizás no digamos con la boca no quiero, pero si con el cuerpo, a veces es mucho más fácil abrirse a un sexo vacío, que abrir nuestro corazón. Si estoy dañado no puedo entregarme.

Es importante que le demos luz a nuestra heridas, solo aceptándolas podemos sanarlas y cambiar nuestra vida, sexual y personal.