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Las culpas gratuitas de Claudia Sheinbaum

por José Luis Camacho
22-09-2025

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José Luis Camacho Acevedo

 

Inicia el otoño del año, al mismo tiempo que el de un pretendido patriarca, como lo quiso ser Andrés Manuel López Obrador, en medio de una crisis de credibilidad que lo derrumba a él como político, y que igualmente ha tocado de muerte política o empresarial a sus hijos y a sus amigos más cercanos.

 

Sin embargo, identificados opinadores, así como medios de comunicación del mundo impreso, electrónicos o digitales, insisten en difundir la versión de que la presidenta Claudia Sheinbaum está sumida en una crisis política e institucional.

 

Las presiones económicas ante la presentación del nuevo paquete fiscal que se realizará en la cámara de diputados; los coletazos políticos del llamado huachicol fiscal; la captura y traslado a México de Hernán Bermúdez Requena con toda la secuela de especulaciones e implicaciones, políticas y penales ciertamente verosímiles; la corrupción que se descubre cada día en muchos de los ámbitos de la administración pública; (las aduanas parecen ser por ahora la resquebrajadura más sensible de la operación gubernamental presente); las presiones de Estados Unidos para que se incrementen por parte de nuestro país las acciones contra los carteles que ya ha catalogado como terroristas, y muchos elementos de crisis que se le pudieran sumar al momento presente de México, hay quienes con una facilidad que raya en lo pasmoso, adjudican a la presidenta Claudia Sheinbaum como responsabilidad y, consecuentemente, puntos débiles de su administración.

 

En una entrevista que realizó el periodista Juan Pablo Pérez Díaz al experimentado y respetado comunicador Ramón Zurita, el entrevistado responde a pregunta expresa de Pérez Díaz, los casos de corrupción, de favoritismos familiares desde el poder, de impunidades a personajes de la vida pública y privada del país, que vienen desde hace cuando menos cinco sexenios.

 

¡Gran aportación de Ramón Zurita a la memoria del imaginario colectivo mexicano!

 

Por ello el achacar a la presidenta Sheinbaum la culpa de muchos acontecimientos condenables que hoy tienen a México de aprieto, precisamente en un momento de quiebre en relación al deslinde con el pasado inmediato, es el recurso más cómodo, desde el punto de vista de la investigación o el análisis mediáticos, para emitir un juicio de valor evidentemente descontextualizado.

 

Sin duda que la presidenta Claudia Sheinbaum debe corregir muchas fallas que tiene su administración y que van desde su esquema de comunicación hasta la paciencia (paciencia que no implica ni tolerancia y menos impunidad) desmedida que se tiene para aplicar las sanciones merecidas a los infractores de todo tipo de leyes, actos condenables que provienen de lo acaecido hace apenas unos meses.

 

Del análisis denominado “Círculo Rojo”, que me comparte con regularidad mi amigo, el gran observador chihuahuense José Reichsfeld, retomo las siguientes consideraciones:

 

“Para la gente común, estos debates trascienden élites y afectan la vida diaria. La *crisis de Pemex* implica mayores subsidios (780 mil millones de pesos en 2026), lo que podría elevar impuestos o recortar servicios como salud, donde ya faltan medicinas. Familias dependientes de empleos petroleros en Tabasco y Campeche enfrentan despidos masivos (22 mil en 2024), exacerbando pobreza y migración.

 

El *huachicol* y corrupción generan inseguridad: extorsiones y violencia de carteles como Sinaloa o Jalisco impactan precios de combustibles, elevando costos de transporte y alimentos. La designación terrorista en Europa podría endurecer migración y comercio, afectando remesas (50 mil millones de dólares anuales) si EE. UU. impone sanciones.

 

En conclusión, el *Círculo Rojo* expone un México en crisis institucional, donde corrupción y ineficiencia dominan, pero también oportunidades para cambio vía transparencia. La polarización en redes subraya necesidad de diálogo, no confrontación.

 

Definitivamente los culpables están a la vista.

 

¿Hasta cuándo los protegerá la “solidaridad” 4T?