En América Latina hay varias disputas territoriales entre algunos países del continente o con países como Reino Unido y Estados Unidos.
Muchos desacuerdos se remontan a cuando se delimitaron las fronteras tras los procesos de independencia y no se cerraron debido a la importancia estratégica de las zonas en reclamo.
Cinco casos fueron llevados ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya (CIJ), de los cuales cuatro siguen pendientes de fallo.
Algunas disputas nunca se presentaron ante la corte, pero involucran a organismos internacionales y, en otros casos, sigue habiendo tensiones diplomáticas a pesar de que el caso se resolvió con un fallo de La Haya.
Estas últimas suelen reavivarse en épocas de campaña electoral o durante ciertas conmemoraciones, como es el caso de la disputa del Golfo de Fonseca entre El Salvador, Honduras y Nicaragua.
La región también tiene al menos tres disputas latentes, es decir, que siguen sin resolverse pero que hace tiempo que no son un tema de discusión entre los involucrados, como es el caso entre Uruguay y Brasil por dos puntos en su frontera.
La región conocida como El Esequibo o Guayana Esequiba tiene 159.000 kilómetros cuadrados ricos en recursos naturales y forestales, y equivale a dos tercios del territorio de Guyana.
Esa zona ha sido el epicentro de una disputa que enfrenta a Guyana y a Venezuela desde hace 180 años, y en la cual Venezuela incluso contó con el apoyo de Estados Unidos.
El Esequibo fue controlado por el imperio español, el holandés y más tarde el británico, que en 1897 se comprometió con Venezuela, que reclamaba el territorio, a resolver la disputa en tribunales internacionales.
En 1899, la zona fue adjudicada al Imperio británico por medio de un laudo arbitral en una corte en París.
Pero en 1962, Venezuela presentó ante Naciones Unidas una demanda alegando que el laudo fue resuelto de manera fraudulenta, ya que supuestamente hubo complicidad entre los delegados británicos y el juez ruso que determinó el fallo.
Mientras tanto, Guyana obtuvo su independencia en 1966.
Ese año, y tras la denuncia venezolana, se firmó el Acuerdo de Ginebra, según el cual la zona es controlada por Guyana aunque su soberanía es disputada por Venezuela.
El acuerdo, que era de carácter transitorio, estableció un plazo de 4 años para solucionar el diferendo. Pero sus pautas siguen vigentes.
La zona del Esequibo figura frecuentemente en los mapas venezolanos con un rayado denominado "Zona en Reclamación".
La disputa ha tenido altos y bajos en las últimas décadas.
Pero los múltiples hallazgos de vastos yacimientos petroleros en Guyana en los últimos cinco años han hecho que las tensiones aumenten.
El país empezó a explotarlos, incluso construyó plataformas en alta mar cerca de la región reclamada por Venezuela.
Guyana introdujo en 2018 una solicitud ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para que se resuelva el conflicto territorial, pero Venezuela ha negado desde entonces la legitimidad de esa institución para resolver la disputa.
En diciembre de 2020, la CIJ se declaró competente en el asunto; pero Venezuela no lo acepta.
En marzo de 2021, La Haya declaró que Guyana tendría un año, hasta marzo de 2022, para presentar sus documentos sobre el caso, y Venezuela un año más a partir de entonces.
El conflicto fronterizo entre Guatemala y Belice dura más de 160 años.
Comenzó en la época de la Colonia, cuando España entregó a la Corona británica concesiones para extraer madera en una parte del actual Belice y evitar a cambio el asedio de los piratas ingleses a sus embarcaciones.
Hoy, Guatemala reclama esta zona del sur de Belice, desde el río Sibun hasta el río Sarstún, que tiene más de 11.000 kilómetros cuadrados e incluye islas, cayos, islotes y superficie marítima en el golfo de Honduras.
Pero el área en disputa equivale a casi la mitad del territorio de Belice.
Desde 1991 se estableció la llamada "zona de adyacencia", una línea imaginaria que separa el territorio de cada uno.
Sin embargo, el hecho que no haya una definición clara de frontera ha favorecido la violencia y el tráfico de drogas y mercancías.
Después de varios intentos de negociación, los dos países consultaron a sus poblaciones y en 2019 llevaron la disputa a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que deberá establecer una frontera real entre ambos países.
Si la CIJ favorece a Guatemala, el país duplicaría su acceso al océano Atlántico, donde está la segunda reserva coralina más grande del mundo después de Australia.
Y si la sentencia fuera en sentido contrario, Belice podría conservar las zonas turísticas que reciben un promedio de dos millones de visitantes al año.
El 8 diciembre de 2020, Guatemala presentó su demanda a La Haya. El plazo había sido extendido por seis meses a causa del impacto de la covid-19. Belice, por su parte, tiene hasta el 8 de junio de 2022 para presentar su respuesta.