Tomar una decisión cuyas consecuencias sabemos que son definitivas o, como veremos más adelante, casi irreversibles, merece que se le dedique un tiempo de reflexión para sopesar las ventajas e inconvenientes derivados de su aplicación.
Nos referimos a la elección de dar por terminada la etapa de fertilidad en la vida. En el caso de los hombres esta posibilidad pasa por una intervención quirúrgica sencilla y de corta duración que se llama vasectomía.
Cada año alrededor de 70.000 hombres entran en un quirófano fértiles y salen media hora más tarde sin la capacidad de fecundar. A partir de ese momento comienza un proceso culminará unos tres meses más tarde.
- De este modo se impide que los espermatozoides lleguen al semen y por lo tanto, no puedan ser eyaculados y alcanzar el óvulo femenino. "Se practica con anestesia local y no es necesaria la hospitalización".
- Hoy en día existen dos técnicas: la cirugía convencional y la llamada vasectomía sin bisturí y sin agujas, nos detalla el doctor.
- Una cosa es que el hombre recién operado pueda volver a casa el mismo día de la intervención, y otra que la recuperación sea inmediata. Y es que, si bien es cierto que no es larga, también lo es que requiere unos días y unos cuidados específicos.
- Si la técnica utilizada ha sido la vasectomía sin bisturí y sin agujas, es posible que la persona no requiera ni siquiera la baja laboral. Y es que en estos casos, la inflamación y el dolor postoperatorio son mínimos.
"La vasectomía sin bisturí ni agujas presenta menos riesgos de hematomas e infecciones y, apenas hay sangrado. Además, las incisiones al ser muy pequeñas no necesitan puntos de sutura, por lo que se cierran solas a los dos o tres días", asegura Romero.