Europa se prepara para afrontar un duro invierno debido al encarecimiento exponencial de la energía acarreado por las tensiones con Rusia desde el inicio hace seis meses de la invasión a Ucrania.
Los precios mayoristas de la electricidad para 2023 batieron récords el viernes en Alemania y en Francia, con 995 y más de mil 100 euros por megavatio hora, respectivamente. Hace un año, las tarifas rondaban 85 euros por megavatio hora. Ahora se encuentran más de mil por ciento más caras.
En Gran Bretaña los precios del gas han subido diez veces más que el promedio de toda la última década y lo peor a penas empieza. Esta semana se anunció a los hogares británicos que sus facturas de electricidad y gas aumentarán 80 por ciento a partir del 1o de octubre. El tope del precio de la energía se fijó en 3mil 549 libras (4 mil 189 dólares) por año.
Ante el riesgo de escasez de gas y cortes de electricidad, los gobiernos buscan ahorrar energía con medidas que van desde la reducción de la calefacción en hogares y oficinas, al cierre de piscinas o a la suspensión de la actividad de algunas fábricas.
El invierno será duro para todos los países de Europa, los precios permanecerán altos e incluso aumentarán más, dijo Giovanni Sgaravatti, investigador del instituto Bruegel.
El drástico aumento se debe principalmente a la reducción del suministro de gas ruso a los países europeos que apoyan a Ucrania frente a la invasión de Moscú. Desde el inicio de la guerra, Rusia ha disminuido o suspendido la entrega de gas a una decena de países europeos.
Para evitar una crisis mayor, los 27 países de la Unión Europea (UE) se comprometieron a reducir al menos en 15 por ciento su consumo de gas entre el 1 de agosto de 2022 y el 31 de marzo de 2023, al final del invierno.