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Las fases del amor

por Redacción
30-09-2021

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Pero el enamoramiento no es un sentimiento eterno, sino que tiene su fecha de caducidad. Cuando finaliza esta etapa, deja paso o al amor o a la ruptura, pues hay personas que dejan de sentir interés en el otro fuera del enamoramiento.

Aquellas parejas que sobrepasan la barrera del enamoramiento, dan paso a una relación amorosa donde cobran importancia otros aspectos como la intimidad, la confianza y el compromiso. Por supuesto, el fin de la fase de enamoramiento no significa el fin de la pasión, ni de la felicidad, pero sí que es cierto que se trata de un periodo distinto en el que, para que la relación funcione y siga siendo gratificante, hay que esforzarse más. Muchas parejas acuden a una terapia de pareja justamente por este motivo: pasada la franja del enamoramiento, han comenzado a tener problemas que antes no tenían, y buscan ayuda en ese momento.

La fase de enamoramiento puede durar entre un año o dos, pero hay situaciones que pueden hacer que se acorte y finalice antes. Por ejemplo, la convivencia, o un algún suceso que haga madurar la relación potenciando que los miembros de la pareja se conozcan más rápido, aceleran en fin de esta fase.

Algunos factores que pueden hacer que esta química se apague, son:

Dejar de cuidar la relación. Por mi trabajo con parejas, veo con frecuencia que las personas se esfuerzan en ser muy seductoras en los inicios de las relaciones, con el objetivo de conquistar al otro, pero que una vez consolidada la relación se abandona esta actitud. Todo lo que se hace para seducir (tener detalles, cuidar al otro, dedicar tiempo, piropear, decirle cosas bonitas…) suele ser muy reforzante y causa mucha satisfacción en el otro. Por eso, no hay que dejar de tener en cuenta estas cosas si seguimos amando a nuestras parejas, pues son aspectos que ayudan a mantener el amor y la satisfacción una vez pasada la fase de enamoramiento.

Centrarlo todo en la relación o en la otra persona. Resulta enriquecedor que cada persona siga teniendo una vida aparte de la relación y de la pareja, que siga cultivando sus relaciones, hobbies, aficiones y actividades. Una persona realizada también fuera de la pareja tiene más cosas que aportar a la relación y por tanto esta seguirá siendo algo interesante.

Dejar de cuidar el tiempo como pareja.


Dejar de cuidar la intimidad y dejar de tocarse “porque sí”. Es importante tener claro que no todo contacto físico tiene que perseguir el terminar en una relación sexual con penetración. Dejar de tocarse por el mero hecho de achucharse, de estar cerca, de acariciarse, sin más pretensión que esa, empobrece la intimidad.


Dejar de hacer cosas divertidas con el otro.


Por tanto, si tu relación te importa cuida tu pareja y la relación que mantienes con ella, deja espacio para otras relaciones, hobbies y aficiones que te produzcan satisfacción, sigue siendo una persona seductora. Piensa en todas aquellas cosas que te hacían feliz en las primeras fases de tu relación con esa persona ¿porqué has dejado de hacer algunas de las cosas que te producían satisfacción?.

Todos estos aspectos son importantes independientemente del tipo de relación de pareja (convencional o de no monogamia), o del sexo de sus miembros (relaciones gais, lesbianas o heterosexuales).