José Luis Camacho Acevedo
El presidente Andrés Manuel López Obrador
prometió durante su campaña para el máximo cargo, que obtuvo después de un tercer
intento consecutivo, regresar a los militares a sus cuarteles, haciéndose eco
de las demandas de organizaciones de defensa de las garantías individuales por
el incremento de desapariciones y abusos contra los derechos humanos.
Sin embargo, una vez instalado en la
presidencia, luego de su triunfo en las elecciones de julio de 2018 por 53% de
los votos, olvidó sus compromisos y, por el contrario, aumentó la
militarización con la creación de la polémica Guardia Nacional.
Este nuevo cuerpo de seguridad es catalogado
por el Gobierno como "civil", pero en la práctica está conformado en
su gran mayoría por miembros del Ejército y la Marina, e inclusive es dirigido
por un militar, según analistas y opositores.
Tras la difusión de un video por parte el
diario El Universal en donde se puede observar una supuesta ejecución extrajudicial
de un civil por parte de militares en Tamaulipas, durante un choque armado con
el crimen organizado en el que murieron una docena de personas, todo parece
indicar que algunas practicas de las Fuerzas Armadas no han cambiado.
Para la CIDH, no está clara "la regulación
de la actuación de las Fuerzas Armadas" pues actualmente es objeto de
revisión en la Suprema Corte que busca establecer el marco legal de su
participación.
Los foros y las mesas de dialogo con las
víctimas; los largos debates y consensos que seguramente pactaron los líderes
de las bancadas para sacar adelante la reforma constitucional para la creación
de la Guardia Nacional.
¿Fue una
simulación? ¿Convertirse en lo que tanto criticaron de los gobiernos que lo
antecedieron? ¿Una traición a las víctimas? ¿Ruptura con los contrapesos, es
decir, el legislativo y judicial?
En su momento diversas ONG´s pusieron sobre la
mesa temas como la Guardia Nacional, agresiones a personas defensoras de
derechos humanos y periodistas, y amenazas a pueblos indígenas y al medio
ambiente a partir de los megaproyectos impulsados por los distintos gobiernos,
incluido el actual.
La aparente falta de control de las Fuerzas
Armadas derivará en un alto costo político, así como una traición a los ideales
de la izquierda progresista, una que apoyó a López Obrador para su llegada al
poder. La pregunta es ¿Por qué? ¿Qué es lo que no nos están diciendo?
¿Cuál es el mensaje que se está enviando a la
población? que ya está cansada de los excesos y las violaciones a los derechos
humanos que la militarización trajo al país, en manos de quién radica el
verdadero poder.
EN TIEMPO REAL
1.- Ayer
por la mañana, el senador por Movimiento Ciudadano despertó seguramente aún un
poco mareado, pues durante la madrugada del martes apareció en su cuenta de
Facebook un mensaje en el se difundió su supuesta “renuncia” al partido, además
de que un ataque a su compañero de partido, Luis Donaldo Colosio Riojas.
Samuel García aseguró que su cuenta fue
“hackeada”, pero la verdad es que la versión es poco creíble. En redes
sociales, algunos usuarios pusieron en duda el hackeo y compartieron la
publicación que se había hecho.
2.- Ante una de las críticas más férreas por
parte del expresidente Felipe Calderón, quien mencionó que no era posible
modificar el Águila y colocarla como adorno en Zócalo Capitalino ante la
llegada de las fiestas patrias.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia
Sheinbaum tachó la critica de ignorancia por parte del ex panista, eso sí con
todo respeto: “este símbolo patrio, el Águila Juarista es parte de la historia
nacional… No
tiene nada que ver con un asunto partidista. El Águila Juarista se puede
encontrar hasta en los billetes de 20 pesos”, le recordó.
3.- Senadores y líderes de partidos afirmaron
que fue una “omisión” por parte del SAT, encabezada en su momento por
Aristóteles Núñez, no frenar las llamadas empresas “factureras” y dejar que
prosperara el esquema de defraudación fiscal, por lo que se pronunciaron a
favor de que la Secretaría de la Función Pública investigue al exfuncionario.
El huachicoleo fiscal y la responsabilidad por
la afectación causada por ese tipo de fraudes recaía en el titular del SAT,
Aristóteles Núñez, pero no solamente en este personaje, también sobre su
círculo cercano.