
José Luis Camacho Acevedo
El reparto del pastel relativo a la renovación de gubernaturas, congresos locales y un sinnúmero de ayuntamientos en el 2026, puede marcar el fin de MORENA, un movimiento que pintaba para estar en el poder tantos o más años de los que estuvo el PRI, pero que la ambición de sus principales actores está derrumbando estrepitosamente.
La crisis de imagen electoral de MORENA se está precipitando ante el dantesco espectáculo de corrupción que, aunado a las cada vez más claras relaciones de los líderes del movimiento que enarboló las banderas de no robar, no mentir y no traicionar, con el crimen organizado, protagonizan figuras como Hernán Bermúdez y sus padrinos Adán Augusto López Hernández y el mismísimo Andrés Manuel López Obrador.
En 2027, México vivirá una jornada electoral trascendental. En ese año, 16 estados elegirán nuevos gobernadores, en un proceso que se anticipa como un evento clave para el futuro político del país.
Morena llega dividido, desacreditado, con una dirigencia partidista que tiene tres vertientes: Andrés Manuel López Beltrán, Luisa María Alcalde y el narco gobernador Alfonso Durazo.
En medio de las ambiciones de esas corrientes, la presidenta Claudia Sheinbaum está llena de compromisos, nacionales e internacionales, que no le permiten atender como debiera la política partidista.
Las entidades que
participarán en estas elecciones son: Baja California, dominada por Morena con
una gobernadora como Marina del Pilar Ávila a la que Estados Unidos le canceló,
junto a su esposo, la visa.
Baja California Sur.
Campeche, entidad que
gobierna bajo el terror la impresentable Layda Sansores.
Chihuahua, que será sin
duda el escenario de una guerra sin cuartel entre la actual mandataria Maru
Campos y el trapecista senador, Javier, el torturador, Corral.
Colima, Guerrero,
Michoacán y Nayarit dominadas totalmente por el crimen organizado.
Nuevo León, donde se
puede dar alternancia si Samuel García insiste en menospreciar a Luis Donaldo
Colosio y con ello deja la posibilidad de que MC pierda la plaza en beneficio
de una alianza PRI-PAN que podría encabezar el actual alcalde de Monterrey
Adrián de la Garza.
Querétaro, con un
gobernador como Mauricio Kuri que se resiste a ser dominado por Ricardo Anaya y
Francisco Domínguez. El emergente sería el candidato natural de Morena Santiago
Nieto Castillo, con gran arraigo y mayor popularidad entre los queretanos.
Quintana Roo, con Mara
Lezama manipulada por el Niño Verde; San Luis Potosí donde el gobernador
Gallardo impondrá a su esposa como candidata dejando en la imaginaria a Rosa
Icela Rodríguez.
Sinaloa, con Rubén Rocha
Moya, es la joya de la corona de los narco gobernadores.
Sonora, es territorio
total de Alfonso Durazo.
Y Zacatecas, será el
gran crucigrama a resolver por Luisa María Alcalde. Las tres entidades son,
cada una con sus variantes, igualmente territorios dominado por los narcos.
Tlaxcala sería otra de las posibilidades de recuperación de una alianza PRI-PAN, después de que el ex gobernador Marco Antonio Mena Rodríguez, entregó sin chistar la plaza a Morena.
Cada uno de estos estados representa realidades socioeconómicas y culturales únicas, lo cual añade profundidad y complejidad al proceso electoral.
Pero además en el 2027 estarán en juego todos los congresos locales y más de dos terceras partes de los ayuntamientos.
Los partidos se preparan
ante la inminencia de un cambio en las proporciones de dominio que tiene
actualmente MORENA.