Las vacaciones de las que está disfrutando David Beckham en la costa de Amalfi se vieron interrumpidas este fin de semana por una lancha de la policía italiana, que se acercó a su yate privado mientras él se relajaba tomando el sol.
El motivo de la visita de los agentes no tenía nada que ver con el futbolista, sino con el menor de sus tres hijos varones, Cruz, que había sido visto conduciendo una moto de agua acompañado de su hermana pequeña Harper, de 10 años. Según las leyes del país donde se encontraban, solo los mayores de 18 pueden disfrutar de este deporte acuático, pero su famoso papá supo manejar la situación con mucha calma.
El periódico The Sun asegura que Beckham acudió a atender en persona a los policías y se mostró muy amables con ellos. También ordenó a sus hijos que estacionaran las motos en cuanto le explicaron que estaban cometiendo una infracción por mucho que llevaran chalecos salvavidas y se hubieran mantenido en todo momento cerca de la embarcación.
En total, el futbolista retirado pasó 45 minutos charlando con los agentes y antes de que se marcharan accedió incluso a sacarse varios selfies con ellos, de lo que se deduce que todo quedó en una advertencia sin multas de por medio.