Leópolis, la ciudad más grande del oeste de Ucrania, a unos 70 kilómetros de la frontera con Polonia, suele ser un destino turístico muy concurrido.
Es un vuelo corto desde muchas ciudades europeas y una escapada urbana de fin de semana para muchos ucranianos.
Pero en las últimas semanas se convirtió en el destino elegido por los evacuados de áreas en el este del país, más cercanas a la frontera rusa y más vulnerables a una invasión a gran escala, en caso de que se produzca.
Zhanna Shevchenko, consultora de medios, ha estado dividiendo su tiempo entre Kiev y Leópolis (Lviv para los ucranianos) durante los últimos siete años, incluso antes del actual estallido de tensiones.
Ella sabe lo acogedora que es la ciudad para quienes lo necesitan.
Y ella misma ayudó a decenas de personas a mudarse aquí en las últimas semanas, algunos desde Kiev pero también de dos ciudades cercanas a la frontera con Rusia, Járkovy Chernígov.
Zhanna dice que algunos recién llegados no quieren revelar que se mudaron de sus lugares habituales de residencia por la vergüenza de parecer débiles o asustados.
Pero algunos tienen buenas razones para creer que sus hogares podrían ser objeto de ataques rusos.
Anna Cherenshchikova vive junto a un aeropuerto de carga cerca de la capital de Ucrania, Kiev.
En las últimas semanas, le preocupaba que si Rusia iniciaba un bombardeo aéreo de su país, este aeropuerto podría convertirse en uno de los primeros objetivos.
"Seguí leyendo las noticias y estaba extremadamente preocupada. Para estabilizar mi estado psicológico y vivir con algo más que pensar en la guerra, decidí mudarme", cuenta.
Anna trabaja en la industria tecnológica y puede mantenerse al día con su empleo de forma remota. Actualmente se está quedando con familiares, pero planea alquilar su propio alojamiento.
Ella no está sola: se cree que cientos de personas se mudaron a Leópolis, una ciudad de 700.000 habitantes, en las últimas semanas. Llegan de varias partes de Ucrania, pero todos están más cerca de la frontera rusa que de Leópolis.