Jorge Meléndez Preciado
En
la conmemoración del famoso halconazo,
asesinato de estudiantes llevado a cabo por Luis Echeverría el 10 de junio de
1971, no se ha resaltado un acontecimiento que tiene que ver con la libertad de
expresión: fue la primera ocasión, después del 2 de octubre donde los medios
taparon y exculparon al poder, que los periodistas, básicamente los fotógrafos,
reclamaron y evidenciaron que la represión se organizaba por fuerzas entrenadas
y manejadas por el gobierno.
Fue
tan amplia la protesta contra los llamados halcones (muchachos preparados por
la policía capitalina), y tan evidente que esos asesinos (hubo 44 fallecidos)
fueron protegidos por cuerpos policiacos, que Echeverría cesó a Alfonso
Martínez Domínguez, jefe del entonces Distrito Federal, nombrado por el mismo
presidente.
Resultó
más que contundente la protesta y las fotografías presentadas por los
compañeros en sus medios que a los dueños no les quedó más que publicarlas,
junto con algunas crónicas importantes.
Esa
gran rebelión de los fotógrafos y redactores, fue importante para avanzar en la
libertad de expresión, la cual estaba manipulada por los intereses económicos
en turno.
Así
pues, el 10 de junio aparte de la protesta estudiantil, debe inscribirse como
un acto de valor, audacia y defensa de los principios de la libertad de
expresión.
Y
justamente en ese aniversario se quiere censurar y reprimir a un periodista que
ha dado a conocer informaciones que ponen en entredicho “la maravillosa jornada
electoral que vivimos el 6 de junio”.
El
maestro Bernardo Barranco comentó con Julio
Astillero y publicó en Milenio del
Estado de México que en dicha
entidad, donde se eligieron
alcaldes y el Congreso Local, se improvisaron tres de cada 10 integrantes de
las Mesas Directivas de Casilla, porque los elegidos no llegaron ese día para
ocupar sus puestos y fueron sustituidos por ciudadanos que estaba en una lista,
lo que denotaría la mala organización y capacitación durante los trabajos
preparativos del proceso, y pudo poner en riesgo la contienda ante la posible filtración de “ciudadanos
partidizados” (Proceso, 9 de junio).
Bernardo
Barranco, quien ha sido funcionario del Instituto Electoral del Edomex, sabe lo
que dice y ha señalado con antelación que el grupo Atlacomulco continuaba
haciendo de las suyas en materia electoral.
Ahora,
según el resultado de la jornada del 6 de junio, Morena perdió la mitad de
municipios, los cuales estarán en manos del PAN y el PRI, fundamentalmente.
Algo
que puede deberse a la operación realizada por Alfredo del Mazo Maza, quien
conquistó a la mala la gubernatura del mencionado estado, ante la morenista
Delfina Gómez.
Tan
dio en el blanco don Bernardo que de inmediato el PRI del Instituto Electoral
del Estado de México (IEEM), por medio de Tonatiuh Medina Meza, promovió una
petición de investigación contra Barranco por supuestamente vulnerar el sistema
nacional de información electoral.
Fue
respaldado por Alejandro Neyra, ex colaborador de Enrique Peña Nieto, y
representante de Fuerza por México- que perdió su registro nacional-y por César
Severiano, de Movimiento Ciudadano, el PRD y otras agrupaciones. Severiano
incluso acusó al periodista de “delincuencia organizada” (sic que regresa a la
guerra fría y a 1971).
Tonatiuh
exigió que todos los participantes del Instituto Electoral pusieran a
disposición sus teléfonos y dispositivos móviles, y se iniciaran demandas y
denuncias ante la Fepade, la fiscalía local y el INE.
Barranco
señaló que sus investigaciones son protegidas por leyes nacionales e
internacionales, no revelará sus fuentes e hizo derecho de su libertad
periodística.
Hace
poco, en la sexagésima legislatura del Edomex, el 31 de mayo, se aprobó una
nueva ley de protección a informadores, que en el artículo 51 promueve el
secreto profesional del periodista, quienes no están obligados a revelar sus
fuentes ni a identificarlas.
Y
en la fracción segunda del mencionado artículo se dice: que los periodistas “no
serán requeridos por las autoridades judiciales o administrativas para informar
sobre los datos y hechos de contexto que por cualquier razón no hayan sido
publicados o difundidos, pero que sean parte de una investigación
periodística”.
Así
pues, la pelota está en la cancha del INE, de las autoridades e incluso de
Kamala Harris, la cual aseguró que vino a México para defender el periodismo
libre.
@jamelendez44