Carlos Ramírez
La crisis política en las élites del presidente López Obrador por el reporte periodístico del The New York Times es producto de la ausencia de una política estratégica de comunicación social ante la prensa extranjera y, sobre todo, de la falta de una respuesta también estratégica del gobierno de Ciudad de México al derrumbamiento de un tramo de la Línea 12 del Metro.
El peso de la crisis recae en la regenta Claudia Sheinbaum, a su desidia para instrumentar un control de daños, a su dependencia de Palacio Nacional y a su escasa autonomía relativa en el ejercicio del poder. Su decisión de mantener en su cargo a la directora del Metro, su lentitud en centrar las sospechas en la administración anterior del perredista Miguel Angel Mancera y su inexperiencia al meterse al juego sucesorio del 2024 para afectar a su adversario Marcelo Ebrard Casaubón retrasaron posicionamientos periciales para asumir el control de la iniciativa política.
El canciller Ebrard tuvo la salida inmediata de ponerse a disposición de las autoridades, pero las autoridades de investigación brillaron por su ausencia. Y a pesar de que hubo datos públicos de que el NYT estaba haciendo una investigación técnica de las causas del accidente y las protestas de los familiares afectados escalaron posiciones amenazantes, el gobierno de CDMX se quedó pasmado. Las autoridades capitalinas desdeñaron la fuerza mediática del Times y hoy el diario neoyorkino puso la agenda del debate en torno a la Línea 12 y de paso se metió al proceso de sucesión presidencial que por regla sistémica sólo puede operar el presidente de la república.
Lo grave de todos los movimientos del fin de semana fue la realidad de que la regenta Sheinbaum nada ganó con su desidia ante el accidente y sí dañó el escenario político al presidente López Obrador. El reporte del Times le dio litis a la oposición ávida de cambiar la narrativa de su derrota electoral del 6 de junio y de arrinconar al gobierno de Morena en CDMX que fue el único descalabrado en las elecciones.
El reporte del Times debe obligar a una reacción estratégica que le regrese la iniciativa política al ejecutivo federal, sin que baste quitarle credibilidad al diario neoyorkino. El efecto colateral fue también grave: dañar al empresario Carlos Slim por el papel de sus empresas en la construcción de la obra.
Por lo demás, la crisis política por la investigación del NYT no será el fin de ninguna carrera política. Y menos si se trata de miembros de la élite gobernante. La capacidad de sobrevivencia política del presidente López Obrador demuestra el valor de la habilidad mediática. Las elecciones del domingo 6 mostraron una desagregación de votantes que no alcanza para debilitar la sucesión presidencial del 2024.
Los dos principales involucrados en el reporte del Times --Sheinbaum y Ebrard-- son piezas decisivas en el tablero sucesorio de 2024 que se complicó un poco con la pérdida de curules el 6 de junio. Y el presidente López Obrador necesita a los dos para impedir la nominación de un foráneo al grupo político original.
El efecto mediático de la investigación del Times reanimó a los grupos anti López Obrador que no sabían cómo procesar la mayoría absoluta de Morena en la próxima Cámara ni la victoria en once gubernaturas. El primer efecto fue amarrar navajas entre Sheinbaum y Ebrard, pero con una reacción diluida en ese tema por el experimentado Ebrard.
Las decisiones fuertes están en la cancha de la jefa de gobierno, pero sus reacciones hasta ahora tardías siguen revelando una dependencia de juicios respecto de Palacio Nacional que en nada ayudan a posicionarla como precandidata presidencial. La experiencia sistémica indica que no debe haber ningún derrotado ni victorioso en conflictos similares para no desequilibrar el manejo de figuras en la alta burocracia.
Lo que queda es la responsabilidad de Sheinbaum en el manejo errático de la crisis política y de gabinete provocada por el accidente en la Línea 12. Una cosa es que las instrucciones superiores hayan querido diluir el problema y otra que la funcionaria responsable no haya podido advertir de los riesgos políticos y mediáticos del soslayamiento del problema y no hubiera armado una investigación creíble. Y en política eso errores se pagan muy caro.
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Política para dummies: La política consiste en construir una realidad, antes que la realidad real se imponga.
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