Mauricio Valdés
El ataque al llamado “caño quebrado”, antiguo acueducto de
la zona arqueológica “Baños de Nezahualcóyotl”, en Texcoco, Estado de México,
esperemos sea un llamado de emergencia a las autoridades responsables de la
Cultura, principalmente del INAH y de la Secretaría de Cultura del Gobierno
Federal, porque las autoridades estatales hasta ahora han mostrado desinterés
en nuestra región, excepto para aparecerse en la foto, política de balcón. La
Presidenta Municipal, Sandra Luz Falcón intervino de inmediato.
A consecuencia de la difusión de esta destrucción, luego
llegaron autoridades federales, a quienes reconocemos su intervención, así como
más visitantes. Vamos a observar si este ataque estimula la preservación de
nuestras zonas arqueológicas y se derivan acciones para reconstruir lo
derribado, aplicar las sanciones previstas en la ley, pero principalmente, para
lograr una Política Cultural, sociedad y gobierno, que incluya la protección y
difusión de nuestra enorme riqueza del México antiguo.
La mayoría de las zonas arqueológicas están abandonadas, se
argumenta que por carencia presupuestal, pero considero principalmente, por
falta de una estrategia eficaz que involucre activamente a la población, lo que
debería ser el centro de una Política Cultural, de largo aliento y cobertura
nacional.
Cuando tengo la oportunidad, una de mis actividades, es
impulsar las tareas de salvamento arqueológico en mi tierra, apoyando las
actividades de arqueólogos como Teresa García, Víctor Arribalzaga y el
Texcocano Gustavo Coronel. Así como promover el conocimiento de la gran riqueza
histórica de la región. Sólo se quiere y defiende lo que se conoce.
Justo es reconocer y agradecer el sustento que ha brindado
el Dr. Higinio Martínez Miranda, actualmente Senador por nuestro Estado, quien
además de intervenir de inmediato en casos como esta agresión. Como Presidente
Municipal destinó fondos municipales para nuestras zonas arqueológicas, como la
reconstrucción de la zona sagrada de Monte Tláloc: “Los observadores del cielo”,
la más alta del Continente Americano, a 4,150 msnm, en la Sierra Nevada.
Texcoco es uno de los municipios del país con más zonas del
patrimonio arqueológico y colonial nacional. Sin embargo, lo más visible es en
el símbolo de Tláloc, que nos representa en la entrada del Museo Nacional de
Antropología e Historia, y a su interior se muestran otras piezas llevadas de
aquí. El único espacio museográfico regional que existe en Texcoco, está en el
4º piso del Edificio “Garcés”. Es una exhibición de objetos históricos,
promovida por una asociación de amigos: “Grandeza Texcocana”, sin que a la
fecha hayan logrado mayor avance en la atención de las autoridades del INAH,
para que se presenten piezas guardadas en bodegas oficiales. Tenemos la
esperanza de que esto cambie, para bien, antes que sea demasiado tarde.