El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha achacado este miércoles la crisis política en Perú a “los intereses de las élites económicas y políticas” que, desde el inicio del Gobierno de Pedro Castillo, han mantenido “un ambiente de confrontación y hostilidad” en su contra. A pesar de mostrar su opinión, ha asegurado que México no participará en el conflicto. “Es un principio fundamental de nuestra política exterior, la no intervención y la autodeterminación de los pueblos”, ha indicado en un comentario en Twitter.
La estructura política peruana se ha desestabilizado de forma intensa este miércoles. Pedro Castillo anunció por la mañana la disolución del Congreso y decretó un Gobierno de excepción. Tres horas después, fue depuesto y detenido por las autoridades en Lima, capital del país. Tras un año y medio en el Gobierno, la imagen de Castillo en la sala de detención ha puesto fin a su mandato. La abogada Dina Boluarte, vicepresidenta hasta ese momento, ha jurado el cargo como la primera presidenta de la historia del país.
La reacción de los peruanos ante la detención del ahora expresidente no tardó en llegar. Decenas de civiles bloquearon con vehículos el acceso de la Embajada de México en Lima para evitar un posible fuga de Castillo del país. La información ha sido ratificada por el secretario de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, quien ha asegurado que varias personas llegaron al lugar para impedir la entrada a la Embajada, pero que Castillo “nunca llegó” a las instalaciones. “No sé si esa era su intención”, ha añadido el canciller en una entrevista radiofónica en el programa Atando Cabos.
“No, fíjate que no [he recibido ninguna llamada por parte de Castillo], me sorprendió incluso porque no tuvimos conocimiento, yo no tuve ningún contacto”, ha expuesto. Ebrard ha explicado que México tiene “una política favorable al asilo”, y ha indicado que no cree que se negarían a ofrecerlo a Castillo: “Si él lo pide, lo consideraríamos, no deberíamos oponernos, pero no lo ha hecho”.
La posibilidad expuesta por el canciller de un asilo político a Castillo por parte de México produciría una polémica con las palabras de López Obrador que, como ha mantenido a través de sus redes, busca “no intervenir” en la crisis de Perú. “Ojalá se respeten los derechos humanos y haya estabilidad democrática en beneficio del pueblo”, ha concluido el presidente mexicano en su escrito.