La deuda contratada por la pasada administración para levantar el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) dista de ser enterrada. El año pasado sus intereses sumaron 4 mil 291 millones de pesos, cifra equivalente a 67 por ciento del presupuesto que recibió el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) en el mismo periodo.
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) reportó cómo operó el entramado de fideicomisos que serviría de vehículo para levantar la obra en Texcoco y del cual aún quedan obligaciones por 4 mil 200 millones de dólares en bonos Mexcat, más los intereses que se acumulen hasta 2047.
El esquema diseñado en 2014 y que imperó hasta 2018 a fin de captar recursos que financiaran la construcción de esa terminal aérea se levantó sobre tres fideicomisos: dos privados, el 80460 y el 2172, además del no paraestatal identificado como 80726, que hasta mitad del año pasado sirvió para pagar obligaciones con proveedores antes de ser alcanzado por el decreto de extinción del 2 de abril de 2020.
La ASF detalla que el fideicomiso privado 80460 obtuvo los derechos de la tarifa de uso aeroportuario (TUA) del AICM como garantía para contratar financiamiento por medio de una línea de crédito y los bonos Mexcat, que sumaban 6 mil millones de dólares y de los cuales se recompraron mil 800 millones de dólares en diciembre de 2018, cuando se decidió cancelar la obra.
En ese momento, para readquirir parte de los bonos se tuvieron que pagar mil 875 millones de dólares (mil 799 millones de dólares por el capital y 75 millones como parte de las compensaciones por la cancelación anticipada).