Aunque las tasas de obesidad pueden estar nivelándose entre ciertos grupos – y la Florida tiene la 8va tasa de obesidad más baja del país – aun se considera una creciente inquietud de salud que contribuye a un aumento en el riesgo para la enfermedad cardiaca y otras condiciones crónicas o peligrosas. Entre el 2011 y el 2012, un 35 por ciento de los adultos en los Estados Unidos eran obesos, un porcentaje que se había considerado estancado. Sin embargo en el período entre el 2013 y el 2014, la tasa de obesidad brincó a un 38 por ciento, según reportaron los Centros Para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recientemente.
Mientras que la Florida tiene la octava tasa de obesidad más baja del país en un 26.2 por ciento, la tasa de obesidad adulta del estado ha estado aumentando continuamente desde el 1990. La obesidad aumenta el riesgo para una amplia gama de problemas de salud incluyendo la enfermedad cardiaca, la diabetes tipo 2, ciertos tipos de cáncer, la presión alta, los derrames cerebrales y la osteoartritis. “Perder tan poco como un 10 por ciento del exceso de peso del cuerpo puede tener beneficios para la salud”, dice Cathy Clark-Reyes, una dietista registrada con Baptist Health Primary Care. Eso es un comienzo realista.