Es probable que Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray intimidaran, presionaran y utilizaran como instrumento obligado a Emilio Lozoya para comprar Agronitrogenados y recibir los sobornos de Odebrecht que sirvieron para pagar a consultores externos en la campaña de 2012 y los votos de legisladores que aprobaron las reformas del Pacto por México, así como cumplir compromisos de figuras del sexenio de Felipe Calderón con la empresa brasileña.
Y de paso para que Odebrecht y Alonso Ancira liquidaran adeudos que tenían con Lozoya por trabajos profesionales prestados entre 2009 y 2012, cuando se dedicaba a los negocios privados, mucho antes de saber que el destino lo llevaría a ocupar la dirección de Pemex.
De lo que no hay duda es que Emilio ha sido y es intimidado y presionado por la Fiscalía General de la República que para doblarlo no encontró mejor manera que perseguir a su señora madre, hermana y esposa, cuya inocencia nadie pone en tela de juicio.
Tampoco hay duda de que la Cuarta Transformación lo usa como instrumento para ajustar cuentas con Felipe Calderón, a quien no perdona que en 2006 “robara” la Presidencia a Andrés Manuel López Obrador, y de pilón destruir a la única oposición que aun sobrevive al tsunami del 2018, la panista y la calderonista, y convertir en nada al PRI.
Poco antes del 27 de mayo, cuando un juez obsequió a la FGR órdenes de aprehensión contra él y su hermana y de cateo de sus domicilios, y giró la ficha roja de Interpol, Lozoya estuvo en México, habló, fue escuchado, no satisfizo lo que platicó, le pidieron más, dejó en claro carecer de pruebas para sostener lo que querían escuchar y que dijera, y se marchó con destino incierto hasta que fue aprehendido en Málaga e internado en una prisión española en donde se dispuso a dar la pelea para evitar su regreso a nuestro país.
En su ausencia y sin presencia de abogado se realizaron negociaciones en la FGR en las que de origen no estuvo de acuerdo; posteriormente mudó de opinión y previo cambio de su equipo defensor, que se opuso a los acuerdos pactados, se allanó al juicio de extradición y después de reponerse de males médicos, el Ministerio Público de la Federación lo presentó ante el juez Juan Carlos Ramírez Benítez a quien prometió denunciar y señalar a las personas responsables de los hechos que le imputan y a los posibles beneficiarios de los mismos.
Apenas salió del hospital cumplió parte de su compromiso presentando denuncia en contra de Enrique Peña Nieto y del coordinador de su campaña presidencial, Luis Videgaray, de recibir sobornos por 100 millones de pesos de Odebrecht; asimismo, otros 400 habrían servido para comprar los votos de legisladores que aprobaron las reformas estructurales.
COMO SERIE DE NETFLIX
¿Cómo fue que Emilio terminó denunciando a quienes fueron sus amigos y superiores, pero también incriminándose al revelar que fue el conducto de recibir y distribuir sobornos?
Nadie o pocos han estado en sus zapatos en lo que va del sexenio.
Sólo podrían entenderlo quienes se han sentido abandonados y traicionados por sus amigos y compañeros de andanzas, pero con el agravante de vivir en una celda de un país extranjero amargado por la impotencia de nada poder hacer por su esposa y hermana, perseguidas por supuestos delitos en los que él las habría involucrado.
Y culpándose además de que, por la misma razón, su señora madre estuviera presa durante meses en diversas cárceles alemanas y amenazada con ingresar a una mexicana después de pasar breve tiempo en prisión domiciliaria en nuestro país.
Todo esto como parte de una estrategia planeada y operada para minar su capacidad de pelea y obligarlo a decir y firmar lo que le pusieran enfrente, cierto o falso.
Se le puede señalar con índice flamígero, pero si se analiza lo que ocurre a las mujeres de su familia (cada una, permítaseme el símil, con una pistola cargada y a punto de disparar en la sien), y a esto se añade su negativa razonable a cargar en soledad el ataúd que conforme a su entender son otros los que deberían soportar o compartir el peso con él, se entiende que cediera a las propuestas de la Cuarta Transformación y de la FGR a cambio de aminorar las acusaciones en su contra y, sobre todo, liberar de toda persecución a su madre, hermana y esposa.
Se trata de una historia triste con previsible final de igual corte, cual sea el desenlace de la puesta en escena de un espectáculo que como ha dicho el presidente López Obrador, más bien parece una maratónica serie de Netflix para pasar en confinamiento la epidemia del coronavirus.
Pero aún estamos por arribar al climax del argumento; vienen los episodios más difíciles para protagonistas y guionistas.
Emilio deberá probar que fue presionado e intimidado para servir de instrumento no sólo de recibir sobornos para a su vez distribuirlos y comprar con sobreprecio para Pemex al menos una empresa, Agronitrogenados.
Los señalados como ejecutantes de las presiones e intimidaciones, así como los sobornados para aprobar reformas o cobrar servicios en el sexenio calderonista, se defenderán y exigirán pruebas y no sabemos aún si a su vez recurrirán a la justicia a presentar acusaciones contra quien los acusa.
Y las autoridades, la FGR, en especial, so pena de hacer un ridículo monumental deberá conseguir del juez sendas sentencias contra quienes en los medios de comunicación han sido juzgados, sentenciados y ejecutados.
EL ESPECTÁCULO APENAS EMPIEZA
Dependiendo del desenlace, el gobierno federal, que a diario utiliza mediáticamente la serie peliculesca que tiene como tema a Odebrecht, Agronitrogenados y a los personajes más conspicuos del panismo y el priismo de los últimos tiempos, dispondrá o no del elemento fundamental para decidir el rumbo de las elecciones del 2021 en las que estarán en juego el control de la Cámara de Diputados, la mitad de las gubernaturas y sus congresos locales, así como una cantidad enorme de presidencias municipales.
Y hasta entones Emilio sabrá si le cumplen y su madre, hermana y esposa recuperan la tranquilidad y regresan a una vida más o menos normal, y a él mismo no lo ingresan en prisión, o si, al contrario, la autoridad se ensaña aún más por no cumplir con las expectativas.
El espectáculo apenas empieza porque la autoridad ha mostrado todas sus cartas y no parece poseer más, aunque ofrece la impresión de que le son suficientes las acusaciones que, conforme al guión, ha presentado Lozoya.
El fiscal Alejandro Gertz Manero lo resumió en conferencia de prensa usando por momentos un lenguaje en el que parece mostrar desprecio por el ex director de Pemex, porque lo siente o quizás para disipar sospechas sobre un posible montaje.
Por ejemplo, para hablar de Emilio se refiere a “este individuo” cuando hasta el presidente López Obrador lo menciona como “el señor Lozoya”.
Pues bien, “este individuo” está señalando que hubo una serie de sobornos por una cantidad que pasa de 100 millones de pesos, los cuales fueron fundamentalmente utilizados para la campaña 2012 para la Presidencia de la República (de Enrique Peña Nieto). El que después fue presidente y su secretario de Hacienda (Luis Videgaray) son las personas que “este individuo” que está presentando la denuncia señala que fueron los que le ordenaron que ese dinero fuera entregado a varios asesores electorales extranjeros que colaboraron y trabajaron para la campaña de estas dos personas.
“Eso es por lo que hace a la campaña y a esa cantidad de dinero que vino de Odebrecht para Emilio y de él a esos asesores para esa campaña electoral, de acuerdo con lo que él está señalando.
“Después viene otro tema, que es la compra de votos para las reformas estructurales en 2013 y 2014.
“En ese caso específico, se habla también de 120 millones de pesos que fueron ordenados por las mismas personas para que fueran a un diputado y cinco senadores que él señala con nombres, que por supuesto quedarán en reserva hasta que nosotros judicialicemos en el caso de que encontremos las pruebas suficientes.
“También existe otra parte que habla de Etileno XXI, que eso fue durante la administración anterior, y en ese caso específico él señala que también hubo una serie de beneficios de carácter económico a favor de esa empresa que también está vinculada con una firma mexicana que es socia de Odebrecht, y que también se les dieron una serie de privilegios en los precios de los insumos por lo que el gobierno federal tuvo pérdidas muy graves.
“En todos estos casos, los sistemas que él señala que se usaron, de estas dos personas a las que ya he hecho referencia, le dieron instrucciones para que entregara 84 millones de pesos a varios legisladores que son semejantes los nombres de los anteriores, al secretario de finanzas de un partido político y todo esto, después también le dieron una cantidad superior a 200 millones de pesos para dirigirlos a la reforma estructural a través de un enlace que él da el nombre.
“También habla de dos empresas privadas, de las cuales los elementos de prueba los tendrá que presentar.
“Sobre estas afirmaciones que él hace, ha señalado cuatro testigos, ha entregado recibos y un video”.
Nada nuevo que no se haya filtrado convenientemente a los medios de comunicación, si acaso la precisión de que para probar los sobornos sólo disponen de un video, cuando las filtraciones periodísticas hablaban hasta de 16 horas de grabación contenidas en 14 videos.
En razón del sigilo, el fiscal no entró en detalles, sin embargo, reconoció que el soborno de Odebrecht para la campaña presidencial de 2012 es delito prescrito.
No dijo más porque la noticia habría sido que, por la prescripción, no podrá perseguir a Peña Nieto, a Videgaray ni a Lozoya.
Se cuidó de ser explícito y tampoco explicó si por la prescripción y en razón de que los 4 millones de dólares, de los 10.5 millones de Odebrecht, usados para pagar consultores externos y liquidar deudas que la empresa brasileña tenía con Lozoya, su hermana (a quien cedió acciones y derecho de la empresa en que depositó ese dinero) recuperará su libertad, y no está en riesgo de perder la casa de Lomas de Bezares.
No abundó sobre los legisladores presuntamente sobornados; se concretó a mencionar un video que tal vez sea un largometraje o quizás sólo dure un par de minutos, y habló de recibos, pero no dijo quiénes son los firmantes.
Eso sí, al referirse a que Lozoya habló de dos empresas privadas no las identificó, pero precisó que Emilio deberá presentar elementos de prueba.
¿Una de ellas será Fertinal?
Sin duda estamos asistiendo a la presentación de una tragedia griega cuyo final no conocemos, y seguramente será doloroso para los protagonistas y en mucho decepcionante para autores de la trama y el gran público que espera un desenlace espectacular, que lo será, aunque quizás no como muchos lo esperan y otros lo planearon.