Nuño Leal
Predestinados a ocupar el
liderazgo de la 4 T en Jalisco y proyectarse rumbo al 2024 por la gubernatura
del Estado tanto Carlos Lomelí como Alberto Uribe pasan días de encierro,
tristeza y frustración. En esta columna
frecuentemente advertimos que el principal enemigo de MORENA estaba al interior
de MORENA y no nos equivocamos.
Antes y durante el proceso
electoral, ambos personajes enfilaron sus baterías para ponerse mutuamente
zancadillas. Uribe deseando la derrota de Lomelí y viceversa. Ambos metiendo
mano en la campaña del otro para provocar su naufragio y tener camino libre a
la gubernatura.
Los dos personajes sumamente
desconfiados de sus propios correligionarios perdieron recursos y tiempo para
cuidarse las espaldas que mejorar sus campañas. Uribe se blindó en una
hermética burbuja encabezada por su coordinador de campaña, Roberto de Alba,
creó su propio mundo, su propia narrativa. Al final su la realidad lo puso en
su lugar. Carlos Lomelí se sobrestimó, nunca intentó hacer equipo con sus
candidatos a diputados locales, se cuidó y alejó de los suyos, al final recibió
una contundente derrota.
Lo trágico para MORENA es que
ahora ambos personajes se perfilan para disputarse la dirigencia estatal del
partido. Malos augurios para la 4 T en el 2024.
Ellas en lo suyo
Mientras que Uribe y Lomelí
erraban el rumbo, dos luchonas, polémicas, pero efectivas operadoras
electorales, hacían lo que saben hacer, ganar elecciones. Con una larga
trayectoria en el PRI y ahora enfundadas con la camiseta de MORENA, Claudia
Delgadillo y Rocío Corona demostraron sus capacidades, sus activos, se metieron
a trabajar sus distritos en Guadalajara y hoy se encaminan a ocupar sus
respectivas curules.
En la campaña Lomelí vio a Claudia
Delgadillo con desconfianza, no solo porque habían sido contrincantes por la
candidatura a Guadalajara, sino porque en pleno proceso electoral el hermano de
Claudia, Roberto Delgadillo, se incorporaba a la planilla de regidores de
Movimiento Ciudadano. Nunca hubo enlace en la campaña y Claudia hizo lo suyo y
ganó.
A Rocío Corona ni la tomaron
en cuenta y la varias veces exlegisladora priista se metió a un distrito que
conoce a la perfección, reactivó a sus liderazgos, canalizó a los descontentos
con Movimiento Ciudadano y logró ganar y próximamente estará en San Lázaro.
MORENA no puede perder de
vista a estas dos personalidades. Distraídos en la desgastante y estéril lucha
entre Uribe y Lomelí, las dos diputadas darán mucho de que hablar y construir
nuevas rutas para el partido de la 4 T en Jalisco.
Tragicomedia en el PES
Vaya ridículo hizo en Partido
Encuentro Social en Jalisco. Convertido en una franquicia de un pequeño pero
ruidoso grupo de expriistas zapopanos, el llamado PES se encamina a su inexorable
perdida de registro.
El ex priista Ramon Reyes dirigente
del PES convirtió a la estructura estatal de ese partido en un enclave familiar
y cimentó sus esperanzas de mantener el registro en la incorporación del “Bofo”
Bautista y de Vicente Fernández Jr. como sus “imanes” electorales para sumar
votos a su causa.
La realidad todo fue un
desastre. A mitad del camino, Ramon Reyes decidió declinar a su inexistente
campaña para subirse con Uribe en la idea de obtener puestos de trabajo para él
y sus familiares. Ese proyecto abortó con la derrota de Uribe.
Las candidaturas de los
supuestos candidatos taquilleros no prendieron y la gente no cayó en el garlito
de apoyar a personas sin trayectoria social y trabajo en la calle. El Bofo
Bautista fue apaleado en su distrito al obtener poco más de 5 mil votos frente
a los más de 46 mil de su competidora Claudia Delgadillo.
A Vicente Fernández Jr, la
elección debió haber sido un golpe durísimo a su ego y sus pretenciosas querencias.
Su candidatura solo obtuvo, según los datos disponibles del PREP, 1663 votos,
una cantidad ridícula que significó el 1.59% de las preferencias ciudadanas.
Mala noticias para los del
PES, pero quizás buenas noticas para la democracia, donde el ciudadano decidió
cerrar el paso a la ambición personal, la improvisación y frivolidad en la
política.