El proceso para elegir al candidato de MORENA en Guerrero se ha enturbiado cuando parecía ser un trámite para garantizar la gubernatura del estado más conflictivo y difícil de domar de todo el país.

Larga historia de lucha social, de movimientos armados y, tristemente, de grupos delincuenciales queriendo imponer sus reglas, y, por supuesto, de gobernadores que no todos logran concluir sus mandatos. Muy pocos lo han logrado, y muy pocos como Héctor Astudillo, lo han sabido domar y revertir una situación que parecía incontrolable de ingobernabilidad, de debilidad institucional y de violencia cotidiana.

Guerrero como casi todo el país vive aún el efecto AMLO y el partido MORENA es la marca que garantizaría la victoria, siempre y cuando sus bases no caminen divididas. Los aspirantes más sonados fueron por varios meses el ex delegado Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros y el senador Félix Salgado Macedonio; cualquiera de los dos podría ser el próximo gobernador, se afirmaba en distintos foros.

La disputa se concentró entre los dos: Pablo Amílcar o Félix, y sus simpatizantes han estado bombardeando el ambiente mediático y de las redes sociales sin darse cuenta que abrieron el camino para un eventual tercero o tercera en discordia, lo que pondría en riesgo escenario morenista de triunfo.

De ahí que se dejaran caer otros aspirantes más débiles: el ex alcalde y ex dirigente de Movimiento Ciudadano, Luis Walton Aburto, de quien se dice fue acercándose a la aspiración de la mano de un operador cercano a la Presidencia de la República; Beatriz Mojica Morga, ex Nueva Izquierda y gente cercana al ex gobernador Ángel Aguirre, y la alcaldesa de Acapulco, Adela Román, cuyas evaluaciones como edil son muy bajas.

Ninguno de los anteriores goza del mayor prestigio. Mojica Morga, por ejemplo, fue cachada eliminando todos los posteos de sus redes sociales contra AMLO, MORENA y los morenistas, sin lograr eliminarse su trayectoria cercana en Nueva Izquierda. Adela Román no goza del prestigio que tuvo antes de llegar a la alcaldía y sus simpatías han subido de manera extraordinaria, pero a la inversa.

Con Luis Walton las condiciones son más complicadas; es un empresario muy versátil en la entidad como lo fuera otro aspirante similar a él: Zeferino Torreblanca, cuyo trabajo dejó muchas insatisfacciones; gobernó el municipio de Acapulco y lo perdió para su entonces partido por el bajo perfil con que trabajó (decían que “con miedo”), y lo más delicado para los morenistas: en la pasada elección presidencial estuvo en la operación electoral a favor de Ricardo Anaya, como consta en videos, fotografías, discursos y declaraciones.

Las condiciones están complicadas y es el momento de que MORENA defina con contundencia quién debe ser el ungido para un estado complicado y necesitado de políticos con capacidades probadas. Guerrero es el estado más consentido de AMLO, al que más veces visita, donde inició su gobierno y donde goza de amplios apoyos; la dirigencia de su partido tiene que hacer más que declaracionitis o juntitis: política fina.