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Maloclusiones

por Leticia Montes
28-07-2021

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La oclusión o mordida corresponde al alineamiento y contacto que existe entre los dientes superiores y los inferiores. Se la considera normal cuando:

  • Todos los dientes están bien alineados o parejos.
  • Al juntar los dientes, los superiores cubren ligeramente a los inferiores.
  • Al morder, todos los dientes contactan con sus homólogos, es decir, superiores con inferiores.

La oclusión normal se refleja en las características de la cara, que será proporcionada y simétrica, con un perfil armónico, donde los labios se juntan sin esfuerzo. La maloclusión, por su parte, es una alteración en la posición armónica de los dientes y de los huesos maxilares. Algunas características que se pueden encontrar en un niño y niña con maloclusión son:

  • Dientes mal alineados (“dientes chuecos”).
  • Alteración en el perfil (mentón retraído o sobresaliente).
  • Al juntar los dientes, no hay contacto entre los superiores e inferiores.
  • Al juntar los dientes, puede que algunos dientes inferiores sobrepasen a los superiores.
  • Alteración en la masticación, el habla y el control de la placa bacteriana.

Las causas de maloclusión son múltiples y pueden ser:

  • Congénitas (producidas durante la vida intrauterina, como es el caso del labio leporino con o sin fisura palatina).
  • Adquiridas (ocurren después del nacimiento y son causadas por hábitos que interfieren con el correcto desarrollo facial o por la pérdida prematura de dientes primarios).

Los dientes primarios sirven de guía para la erupción y correcto alineamiento de los dientes permanentes. Cuando ocurre la pérdida prematura de un diente primario, se altera el ordenamiento normal de los dientes restantes. Esto genera la disminución del espacio reservado para la erupción de los futuros dientes permanentes y dificulta su correcto alineamiento.

Un mal hábito es una conducta adquirida que puede ocasionar daño al niño o niña que lo realiza. Desde el punto de vista de la salud bucal, los malos hábitos se pueden clasificar en hábitos de succión no nutritiva (chuparse el dedo, usar mamadera o chupete más allá de los 3 años), hábitos de interposición (interponer objetos o la lengua entre los dientes) y hábitos de respiración bucal (respirar por la boca). La familia, el equipo de salud y el personal educador tienen un rol fundamental en la prevención, detección y control de los hábitos de succión  no nutritiva.

El tratamiento de las maloclusiones es complejo. Afortunadamente, las maloclusiones de causa adquirida se pueden prevenir. Algunas recomendaciones son:

  • Fomentar la lactancia materna en forma exclusiva hasta los 6 meses de vida, ya que ayuda a un desarrollo armónico de la cara.
  • No prolongar la alimentación de papillas más allá de los 2,5 años.
  • Una vez que han aparecido los molares, preferir comidas más fibrosas y potenciar la masticación bilateral.
  • Mantener los dientes primarios sanos para guardar el espacio necesario para los dientes definitivos.
  • Detectar los malos hábitos en cuanto se inician para poder corregirlos.