La transición que vivimos en el Estado de México ha marcado el rumbo del Parlamento Abierto convocado por la LX Legislatura Local a través del Secretariado Técnico para el Análisis y Estudio de la Reforma Constitucional y el Marco Legal. Los primeros debates en las Comisiones Parlamentarias han sido muestra clara de las aspiraciones y controversias de individuos y de grupos de la sociedad.
En las Comisiones de “Derechos Humanos, sus garantías y protección”; en la de “Igualdad Sustancial, Diversidad y Política de Género”; así como en la de “Democracia y Régimen Político”, los debates han sido amplios y emotivos, hasta en ocasiones crispados en los temas más álgidos y controvertidos. Es notable la preparación de varios de los parlamentarios y la necesidad de información veraz en otros, pero todos ejercen con enjundia su derecho a participar en la presentación de sus propuestas y debatir con sus argumentos. La experiencia rebasa con mucho las expectativas de participación ciudadana, al grado de convertir el Parlamento Abierto en una auténtica escuela legislativa para ciudadanos. El Reglamento del Parlamento ayuda a conducir las sesiones con dinamismo, sin restar espacio y tiempo a las intervenciones, en ocasiones hasta el disgusto de algunos. Todo sea por la libertad de participación y expresión, sin salirse de los cauces de la civilidad y el respeto, indispensables para un diálogo democrático. Destaca la participación de mujeres y de jóvenes, que va quedando como característica a la vista.
Está claro el desencanto de la sociedad frente a la incapacidad de atención de las instituciones actuales, por lo que surge la transición, con un ánimo esperanzador que debemos convertir en un círculo virtuoso a partir de los procesos de libertad de expresión y negociación pacífica. El Parlamento Abierto es un instrumento eficaz para desactivar el conflicto social y la inconformidad política, después de que nuestros gobernantes y legisladores surgen de elecciones democráticas, aunque aún en litigio.
La pluralidad quedó instalada en los resultados electorales desde 2018, ahora se aprecia en la participación ciudadana, más activa que nunca. La transición nos debe conducir a un período de rediseño y construcción de instituciones, a partir de la formación de consensos entre las organizaciones sociales, las fuerzas políticas y los ciudadanos. Es un parteaguas en la historia legislativa del Estado de México y de los Congresos Locales del país, al canalizar las expresiones ciudadanas por el cauce de la elaboración de las leyes, la más importante, nuestra Constitución. La coyuntura fue claramente observada desde que el Senador Higinio Martínez presentó la Iniciativa para revisar la Constitución y el marco legal. El Parlamento Abierto legitima este proceso legislativo.