El actor Matthew McConaughey, quien nació en Uvalde, Texas, tomó el estrado en la sala de reuniones de la Casa Blanca y habló de haber aprendido, en su niñez, "a reverenciar el poder y la capacidad" de un arma. Luego contó el horror que sintió con la muerte de los 19 estudiantes y dos maestros de la Robb Elementary School, a manos de Salvador Rolando Ramos.

"Estamos en una ventana de oportunidad en este momento en la que no habíamos estado antes, una ventana en la que parece que un cambio real, un cambio real puede suceder", dijo McConaughey, de 52 años, a los periodistas, luego de sostener una reunión con el presidente Biden.

Matthew hizo eco del llamado del mandatario estadounidense para ampliar las verificaciones de antecedentes de los compradores de armas, nuevas leyes de "bandera roja" y restricciones adicionales en la compra de rifles AR-15 como el que se usó para matar a 19 niños y dos maestros de una escuela primaria en Uvalde el mes pasado.

El protagonista de Experta en bodas se presentó a sí mismo como la voz de los dueños de armas responsables y describió, con detalles gráficos, los horrores de la violencia armada. "Los niños quedaron no sólo muertos, sino vacíos", expresó, al tiempo que enfatizó en que los cuerpos fueron "tan mutilados que sólo se podían usar pruebas de ADN" para identificarlos.

"Se van a necesitar consejeros en Uvalde por mucho tiempo", consideró. El actor visitó Uvalde y se reunió con las familias de las víctimas del tiroteo del 24 de mayo ya fue muy emotivo al halar de los niños que murieron. Mostró un dibujo colorido hecho por Alithia Ramírez, de 10 años, que quería asistir a la escuela de arte en París algún día.

McConaughey también señaló un par de tenis que sostenía su esposa, la modelo brasileña Camila Alves, y que pertenecían a otra de las víctimas, Maite Rodríguez. "Unos Converse verdes con un corazón en el dedo del pie derecho", dijo McConaughey. "Son las mismas que resultaron ser la única evidencia clara que podría identificarla después del tiroteo".