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Mediciones preelectorales: una evaluación

por Francisco Abundis
14-06-2021

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Francisco Abundis

 

El gremio de la opinión pública se divide entre quienes prometen que las encuestas preelectorales son una predicción del resultado del día de la elección y aquellos que afirmamos que sólo son mediciones y reflejan la preferencia del electorado en el momento del levantamiento. Sin embargo, los medios de comunicación miden la “precisión” de las encuestas a partir de último número publicado, independientemente de la historia o la serie de mediciones que se pueda reportar.

 

El saldo de las mediciones preelectorales de este proceso es mixto. La elección más visible fue la del Congreso. Si sólo consideramos esta podríamos decir que el saldo en general fue positivo. Sin embargo, es claro que hubo una sobrestimación de Morena y no fue menor. Pero para el resto de las fuerzas electorales los números se acercaron más. No hubo una sola medición que errara sobre el ganador, las diferencias radican más en el tamaño de la sobreestimación o subestimación de diferentes fuerzas electorales. En promedio la sobrestimación de Morena fue de más de 7 puntos porcentuales. La menor de 4 puntos (GEA ISA) y la mayor de 12 puntos (Varela y Asociados).

 

A juzgar por el número de gubernaturas que obtuvo Morena, se podría argumentar que se subestimo a este partido. Muy pocos estimaron que el partido en el poder podría llegar a ganar 11 gubernaturas. Si bien es cierto que algunas se cerraron como ya se preveía (Michoacán o Campeche), con los resultados oficiales hasta ahora parece que Morena resultará ganador.

 

La evaluación de las mediciones preelectorales se debería de realizar idealmente por un tercer ente que no haya realizado encuestas. Con ello se procura mayor objetividad, neutralidad y calidad de la evaluación. Al no ser un tercero el que evalúa, la revisión de los datos debe ser todavía más honesta, rigurosa y escrupulosa. Cualquier error compromete la honestidad intelectual del ejercicio.

 

Algunas de las evaluaciones realizadas no parecen cumplir con estos requisitos, ello nos obliga a realizar una revisión. Es necesario hacer la evaluación junto con algunas aclaraciones. Publicaciones que parten de información imprecisa o evaluaciones parciales deberían ser revisadas y corregidas. Y cualquier error cometido obliga a una corrección pública.

 

Algunas evaluaciones se hacen de manera parcial y califican la precisión de las mediciones preelectorales a partir de la diferencia entre primero o segundo lugar, como pasó frecuentemente en la elección presidencial de 2012. Esta evaluación funciona para sistemas bipartidistas, no para sistemas multipartidistas como el nuestro. Por ello se debe calcular el error promedio de cada una de las fuerzas electorales. Es probable que el dato de mayor interés pueda ser la diferencia entre el primero o el segundo lugar o incluso entre dos coaliciones, pero ello no implica que sea la mejor forma de evaluar las mediciones. En los sistemas multipartidistas se evalúa la diferencia promedio respecto a cada fuerza electoral.

 

Otras evaluaciones toman en cuenta sólo la cercanía de su medición con la del ganador de la elección. Esta es probablemente la peor de las evaluaciones por no considerar el resto de las mediciones para el resto de las fuerzas electorales. No se puede considerar más “precisa” una medición sólo porque estuvo cerca del ganador y mucho menos cuando se elabora sobre las preferencias brutas y no efectivas, que son las que los propios investigadores validan. Según está evaluación el problema de esta elección habría sido la subestimación de Morena y no su sobrestimación. (Polls.mx)

 

La revisión deber ser exhaustiva y cuidadosa para no cometer errores que puedan alterar la evaluación de todos sus actores. Se deben de tomar en cuenta solo las últimas mediciones de quienes están siendo citados y no mediciones anteriores. Tampoco se deben de comparar los datos preelectorales con los resultados de encuestas de salida. Se debe tener claridad en el record y en el cálculo. En el mejor de los casos estos errores se pueden considerar descuidos, en el peor intento por ocultar información. (El Financiero).

 

Se debe comparar lo comparable, mediciones con la misma metodología. Incluir mediciones realizadas con métodos no probabilísticos generará la percepción de que hay más competidores de los que existen en la industria. En países con medios de comunicación maduros los datos de encuestas no probabilísticas en general no son publicables (CNN o BBC). En el caso de México sabemos que esto no es un filtro. Esto termina confundiendo al público. Cualquiera de estas evaluaciones debería de tener los criterios más rigurosos en este tema.

 

En esta evaluación que se ofrece se incluyen solo entrevistas cara a cara o mixtas que incluyen recolección cara a cara, publicadas en prensa nacional y extranjera. Las mediciones no probabilísticas realizadas por teléfono o internet no se incluyen por no ser comparables y por haber sido utilizadas más como publicidad que investigación. Se ordenan en función de quien tuvo el menor error promedio para cada fuerza electoral de menor a mayor. Se incluyen decimales para mayor precisión.

 

El cuadro habla por sí mismo. Cualquier sugerencia para realizar una mejor evaluación se agradecerá. Así como se agradecerá cualquier validación de un ente no gremial, por ejemplo, la comunidad académica.