1.- Evita “esconder el problema”
En ocasiones nos gusta engañarnos a nosotros mismos, no hay que avergonzarse de ello, recordemos que el primer paso para mejorar, es admitir nuestros errores.
Creo que la gran mayoría nos hemos propuesto al menos una vez en la vida deshacernos de todo aquello que ya no utilizamos. Dedicamos un fin de semana completo a limpiar nuestros armarios, libreros, estanterías sacando esas cosas que ya no nos fascinan y guardándolas en cajas. Y es ahí cuando viene la trampa.
Una vez que sacamos todo en cajas, lo que hacemos es simplemente acumularlas en un rincón más escondido en nuestras viviendas, como puede ser la lavandería, alguna bodega, un closet sin uso o el mismo patio. Es decir que al final nunca nos deshicimos de nada, solo lo apartamos de la vista, pero el problema sigue ahí. Al final lo único que hicimos fue hacer espacio para seguir acumulando.
2.- Aprende a deshacerte de lo que no sirve
Por ello lo ideal es que aprendamos a deshacernos de las cosas poco a poco. Lo más fácil es empezar por aquello que ya de plano no sirve. Si está roto, dañado o maltratado, irá directo a la basura. Nada de “guardarlo por si acaso” o mantenerlo como “proyecto de reparación”. Seamos sinceros si en un año nunca le dedicamos el tiempo a componerlo, simplemente no lo haremos nunca.
3.- ¿Cuándo fue la última vez que lo usaste?
Para algunas personas objetos como ropa, accesorios o juguetes pueden costar un poco más de trabajo pues se le tiene mayor apego emocional al estar relacionado con ciertos recuerdos de nuestra vida, así que un truco para ayudarte a decidir si ese artículo te es útil ahora es preguntarte, ¿Cuándo fue la última vez que lo usaste? Si tu respuesta es mayor a un año, es hora de decirle adiós.
Marie Kondo también recomienda preguntarte a ti mismo, que tan feliz te hace ese objeto ahora mismo. Si su simple presencia es indiferente, entonces es momento de deshacerse de él. Si dudas un poco al tenerlo en tus manos, la respuesta también es hacerlo a un lado, pues ante los objetos que en verdad nos llenan de felicidad no hay duda.
Si aun así te es muy difícil despedirte de tus pertenencias, piensa qué, en caso de que el articulo este en buen estado, podrías donarlo y darle la oportunidad a otra persona de crear lindos recuerdos con ellos. Si, por el contrario, el objeto ya no es funcional, piensa que ya ha servido su cometido de hacerte feliz, agradécele y permítele “retirarse”.
4.- Ordena por categoría y no por lugar
En ocasiones nos proponemos a “ordenar la cocina” u “ordenar nuestra habitación”, esto al final resulta bastante cansado física y mentalmente, pues son tantos los objetos y categorías que simplemente nos agobiamos sin saber por dónde empezar, dirigiéndonos solo al fracaso y la frustración.
Por ello, a la próxima mejor limítate a una categoría, en lugar de “ordenar la cocina” proponte a organizar la vajilla u ordenar las alacenas. No “ordenes la habitación”, organiza tus zapatos u ordena la ropa de cama. Verás como la tarea que antes parecía monumental ahora resulta más sencilla.
5.- Termina lo que empezaste
Si el día de hoy te propusiste “ordenar el cajón de cables”, asegúrate de no hacer otra cosa hasta que hayas terminado. Dejar una tarea a medias creara una sensación de insatisfacción en tu interior que poco a poco podría convertirse en estrés o ansiedad, pues ahora los objetos no solo ocuparán espacio en tu vivienda, sino que en tu mente.
6.- Evita comprar más muebles para almacenar
Que nuestro actual espacio y muebles no sea suficiente no es una señal para adquirir más lugares de almacenaje, sino por el contrario, es un indicativo de que tenemos que hacer un mayor esfuerzo al momento de deshacernos de nuestras pertenencias.
7.- Procura hacer la limpieza en soledad
Es normal que pensemos que hacer esta tarea en compañía resulte más divertida y llevadera, pero la verdad es que al final resulta menos efectiva pues terceras personas pueden hacernos sentir culpables por deshacernos de una cosa u otra o incluso convencernos de que aquello que creemos que ya no necesitamos nos será de utilidad en un futuro, por lo que terminamos fracasando en nuestra labor.
Son muchas personas las que han aplicado este método con resultados favorecedores, por lo que esperamos que al menos uno de sus consejos te ayude a librarte de aquello que ya no necesites en tu vida y en tu hogar para así hacer espacio a nuevas experiencias y memorias. ¡Mucho éxito!