Según las cifras oficiales, ha llegado a nuestro país el tercer pico de la pandemia.
Al 15 de julio se habían registrado 12,821 infectados por la enfermedad del nuevo coronavirus, principalmente en sus nuevas variantes: alfa, gamma y delta.
Con esto hemos superado ya al primer pico, ocurrido precisamente hace un año, en julio del 2020 y según datos del diario EL PAIS: “Hoy los contagios en México se han triplicado en una semana, aunque el número de hospitalizaciones y muertes no ha crecido al mismo ritmo y en esta ocasión, la mayoría de contagios se están produciendo en perfiles más jóvenes, menos susceptibles a evoluciones severas del covid, pero también entre poblaciones no vacunadas, mucho más expuestas.”
Dos reflexiones obligadas se vuelven indispensables para predecir este preocupante futuro:
1. ¿Gatel y su equipo están a la altura del reto?
Como si fuera la repetición de una película de terror en donde sabemos el trágico final y tantas malas decisiones y estrategias equivocadas que se tomaron, todo parece indicar que sin aprender del pasado, mandaremos nuevamente a defender al país, al mismo equipo, con su trasnochado capitán incluido, a cometer los mismos errores que por incapacidad e improvisación fueron derrotados con facilidad en las olas anteriores.
Son muchas las voces que exigen un cambio de estrategia y de estratega. En los pasillos de presidencia se escucha con más frecuencia la posible llegada de Juan Ramón de la Fuente a la Secretaría de Salud, a poner orden y comandar profesionalmente una guerra contra la pandemia mundial. Dicho sea de paso, con ello se apuntalaría su opción en la carrera presidencial, pero esa es otra historia que en su momento aquí comentaremos.
2. ¿Qué está haciendo el mundo en esta ocasión?
Ante la urgencia de instaurar medidas más eficaces ante la pandemia, los principales líderes mundiales han endurecido medidas restrictivas y han apostado por la vacunación masiva como principal arma.
Emblemático el discurso de Emmanuel Macron, quien anuncia en Francia toque de queda y confinamiento en los días críticos y la exigencia del certificado de vacunación para lugares concurridos como cines, teatros, restaurantes, bares y conciertos.
La tesis es que quienes decidan por no vacunarse sean los aislados y con ello permitir a las nuevas generaciones recuperar paulatinamente una dinámica cotidiana libre y sin miedo.
“Yo no tengo ninguna intención de sacrificar mi vida, mi tiempo, mi libertad, y la adolescencia de mis hijas, así como su derecho a estudiar adecuadamente, por quienes se niegan a vacunarse. Esta vez se queda Usted en casa, no nosotros.” Sentenció el líder francés.
En nuestro país quien entiende esta postura mundial es el Canciller Marcelo Ebrard quien con una intensa agenda internacional ha conseguido poner a México entre los 10 paises que más vacunas han recibido para combatir el Covid-19.
Son más de 70 millones de dosis las que ha gestionado con una amplia gama de opciones de laboratorios: Pfizer-BioNTech, AstraZeneca, Sinovac, Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, CanSino Biologics y Janssen de Johnson & Johnson.
Dificil panorama y si bien es cierto que el éxito recae en gran medida en la disciplina, prudencia y solidaridad de las personas, también lo es que dentro del gobierno mexicano, hay quien sí hace su tarea y otros que llegan tarde y desorientados a preguntar de qué se va a tratar la clase.
Mi recomendación: ¡Sálvese quien pueda!