RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
La pandemia sigue causando estragos en México y no se advierte la forma de detener los contagios y el número de muertes, los que siguen acumulándose día tras día.
El camino del país debe continuar, por lo que algunas autoridades decidieron abrir las puertas a miles de establecimientos que se mantuvieron cerrados durante largos cuatro meses, los que comienzan a operar, con determinadas medidas sanitarias.
La economía inicia su despertar, aunque no será fácil acoplarse a la nueva normalidad que impera no solamente en el país, sino en el mundo, en que solo algunos negocios como estadios, gimnasios y baños públicos continuarán cerrados hasta nuevo aviso.
Los clubes deportivos fueron autorizados a abrir, pero solamente en algunas áreas, las que se desarrollan al aire libre, como canchas de tenis, albercas, con su uso reducido y siguiendo medidas sanitarias y campos de golf, lo demás tendrá que esperar para iniciar operaciones.
Sin embargo, las cosas no parecen tan sencillas como algunos creen, pues decenas de miles de negocios de todo tipo ya no podrán reabrir sus puertas, algunos por quiebra, lo que provocará un gran desempleo y una caída fuerte de la economía.
Las escuelas públicas pueden saturarse ante la baja de matrícula en los colegios, algunos de ellos tendrán que restringir su personal, otros más cerrar y en algunos la propuesta gira alrededor de la baja salarial a los docentes que continúen contratados.
Es ampliamente conocido que en muchos de los colegios, los maestros tienen dobles contratos, como se hace también con los deportistas, para que puedan contar con los beneficios del Seguro Social, por lo que se les da de alta con un salario menor al que perciben y la otra parte se les deposita o paga en efectivo.
Otro sector que sufrirá una baja sensible es el inmobiliario, ya que la pandemia enseño otra forma de trabajar, la virtual, donde se excluye la contratación de oficinas y las reuniones del personal se realizan por las plataformas existentes de Zoom, Face Book y otras más, dejando en claro que la productividad suele ser similar o hasta mayor que la de presencia física.
Hay temores entre la población sobre lo que se avecina y este se deja sentir en algunas áreas, ya que los restaurantes que antes lucían saturados se ven desolados en muchos casos, con todo y que se redujo el número de comensales y de mesas.
En la CDMX, la zona de Polanco, San Ángel, centro de la ciudad, Reforma e Insurgentes que concentran una importante cantidad de sitios para comer se ven pocas personas dispuestas a hacerlo y en restaurantes en los que había que hacer fila hasta por más de una hora, antes de la pandemia, ahora se encuentra mesa disponible a la brevedad.
El sector alimentos también preocupa, pero no solamente el concerniente a restaurantes, fondas y puestos callejeros, sino el de la producción de los mismos, ya que en algunas áreas se verá una merma de la producción por los mismos efectos de la pandemia.
La zona rural de algunas entidades no lo resintió tanto, ya que se mantuvo la casi normalidad, pero hay algunos sectores en los que ya se advierte una sensible baja, como lo es la zafra, con un gran faltante en el presente año y una merma considerable para el año próximo, lo que eleva los precios del azúcar y se resiente en la cadena alimenticia.
Sin embargo, la mayor preocupación de la población proviene de lo que sucede en otras partes del mundo, donde se lograron controlar los contagios y ahora se advierten rebrotes de la pandemia.
En México todavía, en cinco meses, no se pudo poner freno a los contagios y ahora la amenaza es que el rebrote mundial nos podría caer, acrecentado lo aterrador del problema.
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