Miles de húngaros, incluidos profesores y estudiantes, marcharon antier por Budapest para protestar contra el gobierno, exigir aumentos salariales y un freno a la creciente inflación que está mermando los ingresos.
Los manifestantes cruzaron un puente sobre el Danubio con pancartas en que se leía: sin profesores no hay futuro, horas después de que el premier nacionalista Viktor Orban se comprometió a preservar la estabilidad económica y a mantener un tope en la factura energética de los hogares, incluso a pesar de que la Unión Europea se hunde en una crisis económica.
En la última de una serie de protestas antigubernamentales, los participantes dijeron que su gobierno defraudó a los profesores al darles sueldos exiguos, mientras la inflación, que superó 20 por ciento en septiembre y sigue aumentando, se vuelve insoportable.
Estoy aquí por mis hijos, debe haber un cambio, dijo Gyongyi Bereczky, cartero que se unió a las protestas por primera vez. Con esta inflación galopante ya no podemos ahorrar, simplemente no podemos llegar a fin de mes porque los precios se disparan.
Los profesores y los estudiantes han estado protestando para exigir salarios más altos, solución a la creciente escasez de profesores y el derecho a la huelga.