Manuel Díaz
¿La transformación de México?
Durante años Andrés Manuel López Obrador habló de
transformar al país, un mito que lo llevó a la presidencia de la República, e
incluso, ha dicho que quiere pasar a la historia como uno de los mejores
presidentes de México.
AMLO habló y habló por más de 18 años, pero nunca dijo cuál
sería el rumbo para la transformación de la que hablaba, tampoco dijo que el
camino incluía regresar a las peores épocas del PRI ni de cancelar libertades,
dar marcha atrás a la modernización, el desarrollo tecnológico y
democratización de la nación, todo para alcanzar la cuarta transformación, sea
lo que sea que eso signifique.
El mito de AMLO es hablar de transformación cuando en
realidad lo que hace es regresar a la peor etapa de México del Siglo XX, la que
creíamos ya superada.
¿Por qué se empeña en volver al pasado?
Se olvida que México atravesó por grandes crisis económicas,
sociales y políticas en los gobiernos del PRI, particularmente en la decena
trágica de Luis Echeverría y José López Portillo.
Se olvida de que grandes luchadores de izquierda como
Heberto Castillo, Valentín Campa, Mario Saucedo, Arnaldo Córdova; así como Luis
H Álvarez, Manuel J. Clouthier y Carlos Castillo Peraza, de la derecha,
dedicaron su vida a la lucha por quitar la hegemonía del régimen priista, que
hicieron política y abrieron espacios para mejorar las condiciones de la
contienda electoral y que gracias a esa lucha se llegó a la alternancia en el
gobierno.
Se olvida que cuando Porfirio Muñoz Ledo fue presidente y
Mario Saucedo secretario general del PRD, impulsaron la más grande reforma político
electoral con la que se logró la ciudadanización del IFE, es decir, le quitaron
el control de las elecciones al gobierno. AMLO entonces estaba en el bando
opuesto, al igual que muchos priistas -hoy sus aliados- como Ricardo Monreal,
José Murat, Agustín Basave y Fidel Herrera.
De esta lucha surgieron instituciones importantes para el
desarrollo democrático de la nación, como el IFE, CNDH, el INAI, y otras más
que permitieron elecciones libres, defensa de los derechos humanos y derecho a
la información. Gracias a esta reforma en 1997 Cuauhtémoc Cárdenas ganó la CDMX
y el PRD la mayoría de la Cámara de Diputados y que, en el 2000 por primera
ocasión, el PRI perdió la elección presidencial.
Al llegar AMLO al gobierno, de manera inverosímil y con el
mito de transformar al país, se ha dedicado a traer de vuelta al pasado, ese
que tanto daño le hizo a México y a atacar a instituciones como el INE, y
cancelar cualquier intento de modernización energética y de desarrollo
tecnológico.
La lucha era por acabar con “la dictadura perfecta” del PRI.
Pero AMLO ha traído a ocupar espacios protagónicos a personajes que incluso el
PRI había hecho a un lado, que transitaron impunes cometiendo crímenes y
saqueos, que ahora vuelve para hacer lo mismo que hacían y a eso, AMLO lo llama
transformación.
Resucitaron
Revivió personajes con historias negras como Manuel
Bartlett, que, siendo secretario de Gobernación, su principal operador y
represor José Antonio Zorrilla Pérez mandó asesinar al periodista Manuel
Buendía, que se reunió con el mayor narcotraficante de la época, Caro Quintero;
al que, en 1988, como presidente de la Comisión Federal Electoral (CFE) se le
“cayó el sistema” para favorecer a Carlos Salinas de Gortari.
Otros que salieron de los favores del PRI y que ahora están
con la 4T son la pareja infernal de René Bejarano y Dolores Padierna, quienes
después del terremoto de 1985, con dinero y apoyo político del entonces
secretario de Desarrollo Urbano, Manuel Camacho, crearon una organización
denominada Unión Nueva Tenochtitlán con la que transaron con los apoyos de los
damnificados. Luego vino lo de las ligas cuando Bejarano fue el particular de
AMLO.
Otro más es el senador Ricardo Monreal, quien después de
oponerse a la ciudadanización del IFE y por esa acción encontrar cobijo con
AMLO, hoy es el encargado de buscar desde el senado, quitar la autonomía del
Banco de México, y limitar las libertades mediante una iniciativa de ley para controlar
medios y redes.
A ellos se suman personajes como Elba Esther Gordillo, la
líder sindical creación de Salinas, quien lo mismo hizo alianza con Fox que con
Calderón y hoy con AMLO.
Qué decir de la alianza con los herederos de Antonio Ortiz
Mena, quien fue cuñado de Raúl Salinas Lozano, cuando nombró secretaria de
Medio Ambiente a su nieta Josefa González Ortiz Mena, prima de CSG e hija del
que fuera secretario de gobernación de Salinas, Patrocinio González Blanco
Garrido, uno de los mayores represores en Chiapas.
También olvidó AMLO quiénes eran la “mafia del poder”, esos
grandes empresarios a los que culpaba como causantes de todas las desgracias
nacionales y que ahora son los “héroes” a quienes les da todo, como Ricardo
Salinas, Carlos Peralta, Carlos Slim, Carlos Hank González, Carlos Cabal,
Emilio Azcárraga, Alfonso Romo y Germán Larrea. Los que lo acompañaron a su
reunión con Donald Trump para hacer negocios personales, a quienes les condonan
impuestos, a los que favorecen con grandes negocios de obras y contratos con el
gobierno.
El pasado nos alcanzó o más bien retrocedimos al México
donde las libertades, el desarrollo económico, la democracia, la igualdad de
género, la libre empresa, y la educación eran una aspiraciónque esperábamos
conquistar.
El mito de AMLO de que todos es culpa del pasado es rebasado
por la realidad que ha impuesto en menos de tres años de su gobierno, que ha
venido a dar al traste con la lucha de tantos años.