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Mito 24: La 4T es un gobierno de izquierda

por Manuel Díaz
23-03-2021

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¿AMLO un hombre de izquierda?

Aunque AMLO se empeñe en repetir una y veinte veces que el movimiento del que proviene es de izquierda, la realidad es otra, muy diferente.

 

AMLO no es un hombre de izquierda. No lo es y nada tiene que ver con hombres forjados en las luchas obreras como Valentín Campa o Demetrio Vallejo, ni en las luchas sociales como Mario Saucedo, Heberto Castillo o Roger Bartra.

 

Autoritarismo priista

Mientras estos luchadores de izquierda iban en contra del régimen autoritario del PRI, López Obrador se formaba en las filas del priismo.

 

Durante los años sesenta y setenta AMLO militó en el PRI de Echeverría, López Portillo, Díaz Ordaz y López Mateos, expresidentes que cita con frecuencia en sus conferencias mañaneras como los hombres en los que fundamente su supuesta “Cuarta Transformación”.

 

Su forma de ejercer el poder es producto de un populismo clientelar de origen priista, y conservador. Quizá, la única diferencia radique en que el conservadurismo de AMLO se sustenta en las iglesias evangélicas, mientras que los priistas mantenían una alianza con la iglesia católica.

 

Existe una gran diferencia entre la agenda política de la izquierda progresista y la agenda de AMLO.

 

Entre los puntos centrales de la izquierda progresista destacan: la laicidad del Estado mexicano; impulsar la democracia e impedir la creación de caudillos; fortalecer la participación de la sociedad civil; apuntalar los organismos públicos autónomos; políticas públicas con enfoque de género; proteger y ampliar los derechos humanos; erradicar la violencia de género, respeto a la diversidad sexual; generar desarrollo económico con el desarrollo sustentable y promover la educación, la ciencia y la tecnología, entre muchas otras.

 

Sin embargo, el proyecto que encabeza AMLO se basa en una política populista, militar, conservadora y clientelar, al puro estilo priista de los sesenta y setenta: el de la “Presidencia Imperial”.

 

En sus largas mañaneras AMLO nunca ha mencionado los ideales de la izquierda mexicana, no ha citado a los luchadores de izquierda ni sus postulados. López Obrador mandó al baúl del olvido a personajes como Heberto Castillo, Valentín Campa y muchos más que se comprometieron y ofrendaron su vida.

 

En cambio, las citas biográficas en las que se inspira son la de los priistas del populismo clientelar y represor como Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Luis Echeverría y José López Portillo.

 

Cuántas veces en su mañanera no ha cuestionado, incluso a los priistas, por no seguir y adular al expresidente López Mateos.

 

Muchos no lo harían y menos quienes son militantes de la izquierda, porque como lo escribe José Manuel Villalpando:

 

“López Mateos pudo librarse así de tenaces opositores, como Othón Salazar, Valentín Campa y Demetrio Vallejo, pero también logró deshacerse de críticos molestos como el famoso muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, a quien envió a la lúgubre prisión de Lecumberri por haber tenido el atrevimiento de hablar mal del primer mandatario de la nación. Durante su gobierno también fue asesinado el líder campesino Rubén Jaramillo junto con su esposa y sus dos hijos”.

José Manuel Villalpando.

Otro importante escritor, Enrique Krauze en su libro “La Presidencia Imperial” narra cómo los presidentes del PRI fortalecieron la estructura vertical y autoritaria del sistema, tal y como lo pretende AMLO.

 

Krauze comentó sobre Adolfo López Mateos:

 

“Lo llamativo es que en su sexenio se puso a prueba el sistema por la izquierda (por la Revolución Cubana y sus avatares) y por la derecha (por la reacción de la Iglesia y de los empresarios). Y el sistema salió a flote, se dirá que por la represión -la ferrocarrilera y la de otros sindicatos-, pero también por la fórmula de extender los beneficios del régimen de la Revolución. Había palo, pero había pan”.

Enrique Krauze.

 

Respecto de la obra de Krauze, Lorenzo Meyer, historiador antes crítico del régimen priista y hoy adulador de la 4T porque su hijo es el titular de Sedatu, comentaba que el libro es:

 

“Una interpretación más bien crítica, elaborada desde la inconformidad con la naturaleza del poder autoritario”.

Lorenzo Meyer.

La reproducción del régimen autoritario del PRI en la 4T es más que evidente. Empezando por la generación del caudillo y el hombre del poder: AMLO es el “todo poderoso”, él decide, mientras su gabinete lo adula.

 

Regresamos a la imposición de caciques, solo hay que ver quiénes son los candidatos a gobernador, en Campeche, Layda Sansores, hija de uno de los caciques más grandes del PRI, el ex dirigente del tricolor, Carlos Sansores Pérez y en Zacatecas, David Monreal del nuevo cacicazgo impuesto por el expriísta Ricardo Monreal, así se configura la nueva era del priismo populista en la 4T.

 

El presidente lejos de impulsar la participación de la sociedad, la limita, cuestiona a las organizaciones civiles y poco a poco las ha ido destruyendo para, en su lugar, generar un control vertical con base en ciertos estímulos gubernamentales, para ello se sirve de su política “social”. Igual como lo hacía el PRI con sus sectores.

 

Aparte de cancelar las políticas en favor de los derechos humanos, retrocedió al machismo y al “pacto patriarcal”, como muestra, la candidatura de Félix Salgado Macedonio, también el regreso al “dedazo”para imponer candidatos.

 

¿Dónde está la izquierda?

En el gabinete no hay un solo miembro de la izquierda, pero sí del priismo imperial y autoritario como Bartlett, la nieta del secretario de Hacienda de López Mateos y Díaz Ordaz y el secretario particular de Luis Echeverría entre otros más.

 

La 4T de AMLO en sí misma es una negación de la izquierda mexicana, Morena, su partido es más bien una agencia de empleo y refugio de oportunistas políticos. Para el presidente es “conservador” de izquierda o de derecha, da igual, todo aquel que no aplauda su movimiento “transformador”.

 

Hoy el PAN está más a la izquierda que la 4T y sus aliados.