José Luis Camacho Acevedo
Tal parece que algunos gobernadores no han entendido que atacar la violencia e inseguridad es una responsabilidad compartida, para algunos es muy fácil sellar sus fronteras y recomendar a sus habitantes no recorrer las carreteras de Zacatecas, actuando de la misma manera que lo hace Estados Unidos cuando advierte a sus ciudadanos a no visitar ciertas ciudades de México.
Lo que esta ocurriendo en Zacatecas no es un hecho aislado, la violencia que azota a la entidad llego tras la incursión de los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG). Así como las consecuencias de la captura el pasado lunes de Rosalinda González Valencia, esposa de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
Lo cual ha provocado que en Zacatecas al menos nueve municipios se hayan quedado sin policías, ya que los agentes tienen miedo de presentarse a trabajar, en algunas ciudades los alcaldes no tienen otra opción que recomendar a sus habitantes que se queden en casa, se trata verdaderamente de un estado de sitio impuesto por la gobernanza criminal.
La descomposición social en Zacatecas es tan preocupante que un grupo de niños, imitaron al crimen organizado, pues asesinaron y torturaron una gatita, después metieron el cadáver dentro de una bolsa de plástico, la arrojaron afuera de la casa de su dueña junto con un mensaje de amenaza.
En medio de esta crisis de inseguridad y violencia generada por la disputa territorial de cárteles de la droga que durante la última semana han ocurrido más de 30 muertes, al respecto, las portadas de varios diarios nacionales reportaron los cuerpos de nueve personas colgadas en el municipio de Cd. Cuauhtémoc.
Como resultado, el gobernador David Monreal destituyó a Arturo López Bazán, secretario de Seguridad Pública con la intención de relevarlo por un mando militar, se trata de Adolfo Marín Marín, general brigadier del Estado Mayor en retiro.
Asimismo, Monreal tuvo otra reacción, un airado reproche a sus pares, ya que, en lugar de trabajar en una estrategia común contra los grupos delictivos, varios decidieron sellar sus fronteras, rehuyendo a su responsabilidad.
Por ejemplo, José Rosas Aispuro, gobernador de Durango, pidió a la población no viajar a Zacatecas de noche, lo mismo habían hecho días antes los mandatarios de Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí, pero recientemente en una entrevista con Carmen Aristegui rectificó y reconoció que se trata de una responsabilidad compartida.
Ya que no admitirlo, era una limitante como dice Monreal, es ignorar que en pocas semanas esa violencia traspasara las fronteras de Zacatecas y llegará a sus entidades, entonces ya con el problema encima es probable que ahora sí busquen ayuda por parte de sus homólogos y la federación.
La violencia provocada por la confrontación entre los carteles se debe atacar de forma conjunta, es momento de que algunos mandatarios dejen de emular al gobierno estadounidense en esta guerra contra las drogas, que acepten su responsabilidad y se unan para tratar, al menos, de controlarla.
Por lo pronto, este miércoles el jefe del Ejecutivo mexicano el Plan de Apoyo para Zacatecas, tal como lo ha hecho con otros estados gobernados por Morena.