
El próximo 4 de junio se realizarán comicios para elegir gobernador o gobernadora del estado de México. Para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que lleva más de 90 años gobernando la entidad, no sólo está en juego el Poder Ejecutivo estatal, sino la supervivencia de una clase política dominante durante casi un siglo.
En cambio, para Morena, que inicia el proceso a la cabeza en las preferencias electorales, representa la mejor oportunidad de hacer realidad la alternancia y dar un paso firme para conservar la Presidencia de la República por el peso político del estado, con más de 12 millones de electores.
Aunque el proceso para renovar la gubernatura comienza formalmente hoy, la contienda se inició hace unos meses; los partidos prácticamente tienen definidas sus candidaturas y quienes aspiran a suceder a Alfredo del Mazo Maza recurren a todo tipo de promoción. Además, los partidos han amarrado alianzas para enfrentar la contienda.
El PRI pactó unirse a los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) en una coalición.
En septiembre pasado, diputados de estos tres institutos reunieron los votos suficientes en el Congreso mexiquense para modificar la ley electoral y la Constitución locales, para que desde el convenio de coalición que registren ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) se detalle qué espacios o posiciones corresponderán a cada partido en el próximo gobierno, en caso de ganar la votaciones. Dichas reformas fueron impugnadas por Morena, y se espera la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Los tres partidos aseguran que instaurarán el primer gobierno de coalición en el país.