Jesús Sánchez
A pesar de ser una organización política joven, acaba de cumplir seis años
desde que la reconoció el INE, Morena sufre todos los achaques de un partido viejo
al que le duele todo.
Ha de ser su ADN, integrado por los genes de ex priistas, ex panistas, ex perredistas,
hasta ex comunistas y algunas agrupaciones parroquiales, porque de otra manera
no se explica cómo desde que asumieron el poder han optado por las pugnas
internas, la opacidad, el desvío de recursos y esa extraña enfermedad de no
querer soltar el poder. Se trata pues de un partido joven que chochea,
literalmente.
Han pasado muchos meses sin que se lleve a cabo la renovación formal de su
dirigencia, y eso les ha costado desencuentros, intercambio de duras acusaciones
y hasta denuncias penales.
Los agarrones entre Yeidckol
Polevnsky y Alfonso Ramírez Cuellar han dado material como para muchos
episodios de los teledramones de la señorita Laura, que pueden seguirse al
ritmo de Muchilanga le dio a Burundanga.
Tres doritos después…
Aunque el próximo 30 de agosto deberían contar con los resultados de la
encuesta directa a sus militantes -método aprobado para elegir a quien debería
hacerse cargo de Morena-, no debe descartase la eventualidad de que pueda
retrasarse dos o tres meses más, dependiendo de lo que determinen las
autoridades de salud ante la pandemia.
Morena corre el riesgo de asumir además el mote de partido chamoy, por lo
salado no por lo picoso, pues para los últimos días de agosto la mayor parte
del país seguirá en semáforo rojo y naranja.
Dejando de lado las suspicacias de que las encuestas gansito, con
resultados muy previsibles, digamos que se cumple con todas las precauciones
sanitarias y se aplica la encuesta directa a los 4 mil 500 militantes elegidos,
aunque los encuestadores se la tendrán que jugar pues deberán acudir hasta los
domicilios de los militantes, en un país pintado de rojo y naranja.
Digamos que no se les descompone nada y gracias a la encuesta gansito habrá
un ganador, que sin duda será totalmente
Palacio.
Con eso se acabaría no sólo la
breve gestión de Alfonso Ramírez Cuellar sino que terminaría la etapa de un
partido en el poder sin liderazgo real, a la deriva, pero eso sí con muchos
recursos económicos.
Y el ganador es…
El cetro, una de dos, se lo entregarán a Mario Delgado o a Bertha Luján
(quien siempre ha quedado como segunda desde los tiempos de Martí Batres).
Yeickol Polevnsky quedaría fuera pues es investigada por desvío de recursos en
perjuicio del partido que tripuló.
El problema a resolver será después ante quiénes y cómo rendirá protesta el
ganador de la encuesta gansito.
La manera menos riesgosa de rendir protesta no es en un mitin
multitudinario en el Auditorio Nacional, tampoco en el Zócalo, como ya se lo
imagina Mario Delgado, pues seguramente Claudia Sheinbaum no lo autorizaría.
Lo único que podrían hacer es recurrir a la tecnología Zoom, guardando la
sana distancia, con porras y matracas virtuales.
¿Morena sin AMLO?
La nueva dirigencia deberá meter orden entre las tribus morenistas que
jalan para donde quieren a menos de que quieran arriesgarse a que AMLO les
cumpla la advertencia de renunciar a la militancia del partido que creó.
Pero como parece que eso ya se olvidó, el siguiente paso será administrar
las candidaturas para participar en las elecciones de 2021.
Desde ahora los suspirantes están
más preocupados en preparar sus campañas que en resolver los problemas que le
aquejan al país. Y eso ya se nota.
Desde el Senado los legisladores sueñan con convertirse en gobernadores y
desde la Cámara de Diputados en reelegirse o en convertirse en presidentes
municipales.
El presidencialismo mexicano no ha cambiado mucho y sigue siendo el eje del
partido en el poder. Por eso a nadie debe extrañar que se proponga otra vez la
tómbola, como método para elegir a los candidatos, como en las ferias de rancho
con todo y sus boletitos marcados.
No hubo pastel
Como dato anecdótico, hace menos de cuatro semanas el Partido Movimiento
Regeneración (Morena) cumplió seis años de fundado. ¿Y qué creen que pasó?
Nada, prácticamente pasó de noche.
A ver a ver, que levante la mano quien se acordó de la conmemoración.
De no ser porque en su cuenta tuitera, Alfonso Ramírez Cuellar subió un
video en blanco y negro alusivo por no dejar, ni quién se acordara.
Columnómetro de Aquiles Baeza.
1.- El fracaso frente a la pandemia
tiene nombre y apellidos.
2.- Un día como hoy no se olvidará
jamás: 500 mil mexicanos contagiados de Covid-19 y 50 mil personas fallecidas.
3.- Admitir que hay diferencias en el gabinete es lo mismo que hacerse de
la vista gorda. Es pregunta.
4.- La verdad es que si Fernández Noroña llega a la presidencia de la
Cámara de Diputados, algo muy malo hicimos en otra vida.
5.- La foto del Komander con AMLO, pero qué necesidad.
6.- La forma es fondo.
Y sí, habrá una noche de 500 antorchas en el Zócalo, performance a cargo de
militares. Terrible mensaje.