Jesús Sánchez
A pesar de su corta edad, a Morena le aquejan muchos de los dolores
reumáticos que padecen los partidos que antes eran las principales fuerzas
políticas y hoy son una oposición desdibujada, casi fantasmal.
Parece que le cayó mal convertirse en partido en el poder de la noche a la
mañana, pues la creatura ya muestra los estragos de una lucha interna,
despiadada, encarnizada, reflejo de la política rancia que nunca se ha ido, y que
sólo confirma que nuestro sistema de partidos está hecho trizas.
Morena es lo que es. Se mueve
extrañamente entre movimiento y partido, nadie sabe realmente de qué tamaño es
su base social en términos de padrón de militantes y sus dirigentes tienen los
más variados orígenes, la mayoría con una historia de resentimientos.
Aunque leal, Morena es un dolor de cabeza para los que habitan Palacio
Nacional y como prueba está la descalificación lapidaria de quien lo creó a
imagen y semejanza: “mucho pueblo para tan poca dirigencia”.
La participación de Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado y un centenar de
nombres desconocidos en la interna por la dirigencia de ese movimiento, mostró
que Morena es onda grupera, con marcado sello tribal.
Qué pasará después de que hoy al mediodía Porfirio Muñoz Ledo se
autoproclame “presidente legítimo” de Morena, rey sin corona, en realidad, no
mucho. Mario Delgado podría ser confirmado por el INE como nuevo dirigente pero
sin pena ni gloria, enfocado sólo a administrar la elección de 2021.
Morena no tiene espacios para la autocrítica.
Lo que no admite Muñoz Ledo, el viejo político en cuyas venas corre el ADN
tricolor, es lo que apunta el periodista y analista político Carlos Ramírez, que
como siempre la decisión final viene del Presidente de la República, de nadie
más.
Pero ojo. Con Mario Delgado como presidente de Morena lo que estaremos
viendo es que el súper canciller Marcelo Ebrard, a ratos en funciones de
secretario de Gobernación, líder de las negociaciones del T-MEC y hasta
encargado de conseguir las vacunas contra la pandemia del COVID-19, será el
responsable de llevar las elecciones de 2021. Y luego, usted dirá.
Encuestas gansito
El papel de las “encuestadoras gansito” en el sexenio de Morena confirma
que las encuestas a modo no han desaparecido, siguen vivitas y cobrando.
El mejor ejemplo lo encontramos en
una encuesta difundida a mediados de septiembre que le daba a Gibrán Ramírez,
26.7 por ciento de las preferencias totales; Porfirio quedaba en segundo con
25.4; Mario en tercero con 22.4 puntos y lo demás, como diría Raúl Sánchez
Carrillo, viene detrás. A la hora de la verdad, Gibrán quedó fuera.
Empresas serias como la de
Alejandro Moreno muestra también que las encuestas no son ciencia exacta. Horas
antes de que el INE diera a conocer los resultados del empate técnico, la firma
dio a conocer una encuesta en la que Mario Delgado le sacaba 8 puntos de ventaja
a Muñoz Ledo (28 contra 20 puntos) mientras que el tercer lugar lo ocupaba
Yeidckol Polevsnky.
Otras encuestadoras le daban amplia
ventaja a Porfirio sobre el colimota. El dato final del INE fue el
empate técnico entre Porfirio (25.34 por ciento) y Mario (25.29 por ciento). La
sorpresa fue que le dieron la vuelta a Porfirio.
Dónde anda Morena
El problema de fondo es el nivel de competencia electoral de Morena, pues
sus expectativas de que arrasará con todo no se sostienen.
El ganador de la elección presidencial en 2018 obtuvo 53 por ciento de la
votación total gracias a una alianza de Morena con partidos satélite. Un
pormenorizado análisis de José Woldenberg nos muestra que el 44.4 por ciento de
los votos presidenciales los generó AMLO, creador de Morena; sus diputados en
conjunto lograron apenas 36.7 por ciento y sus senadores 38.2 por ciento. De raiz
no hay mayoría absoluta.
Las expectativas de Morena se
apoyan en los resultados principalmente de “encuestas gansito”, que con
singular alegría anticipan que de 15 gubernaturas en juego, 14 serán para
Morena y 1 para el PAN.
Pero cuando se examina con detalle el juego político local de cada entidad
en disputa, no se ve claro que Morena esté tan bien como dicen. Su influencia
sigue focalizada en el sureste, pero en el centro, occidente y norte tienen
poco margen.
El problema, insistimos es que
Morena anda volando bajo. En la renovación de los 500 diputados federales, a
finales de mayo Mitofsky daba a Morena preferencias del orden de los 25 puntos,
siete puntos debajo de lo que tenía en diciembre de 2019.
Con otra métrica y en medio de la pandemia, Alejandro Moreno mejoró las
expectativas de Morena que para septiembre registraba 39 por ciento de los votos
posibles para sus diputados; 11 por ciento al PAN y 10 por ciento para el PRI. En
su análisis Moreno explica que el incremento de las expectativas pudo deberse
al ligero aumento en los últimos meses en el respaldo a AMLO.
Lo realmente extraño, es que en mayo, cinco meses antes del último reporte,
Morena tenía 19 por ciento de las preferencias, 20 puntos abajo. Y el número de
indecisos que en marzo de este año llegó al punto máximo de 59 por ciento, en
septiembre se moderó hasta un relajado 31 por ciento, un bajón de 28 puntos.
Con todo y la crisis de salud y económica a cuestas.
La prueba de fuego será sin duda la definición de las candidaturas, muchos
están gastando sus ahorritos para ir a las campañas y si les dicen que no, se
va poner bueno.
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- Botones de muestra.
a) Los alcaldes Armida Castro
y Rubén Muñoz hacen alianza para enfrentar a Víctor Castro por la candidatura
de Morena a la gubernatura en Baja California Sur. A la alcaldesa le
suspendieron sus derechos político-partidistas por seis meses, que la eliminó de
la competencia interna.
b) Este miércoles 14 de octubre el
alcalde de Tijuana, Arturo González Cruz solicitará licencia ante el cabildo
para participar por la candidatura a la gubernatura, “porque tengo derecho y
porque te has convertido (Jaime Bonilla) en un insulto para los simpatizantes
de Morena”. Bolas.
2.- Ayer se cumplieron 30 años de la existencia del INE y #YaSabenQuién ni
se acordó.
3.- Memelandia.
__La Chabelita acaparó ayer las redes sociales como vicepresidenta. ¿Qué
no?
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Párrafo destacado
El problema de fondo es el nivel de competencia electoral de Morena, pues
sus expectativas de que arrasará con todo no se sostienen.